Alberto Chang, exdueño y fundador del grupo Arcano que estafó a más de 10 mil personas ofreciendo inversiones alternativas, aseguró desde la cárcel de Malta, donde se encuentra detenido desde marzo, que él no estafó a nadie, «esta siempre fue una inversión de riesgo”.
Entrevistado vía Skype por un equipo de Informe Especial respeto de la que ha sido calificada como la “estafa piramidal más grande” de la historia de Chile según los abogados querellantes de esa causa, aseveró que posee un fideicomiso al que no ha podido acceder, pero en el que cuenta con un monto suficiente para devolver a las personas que invirtieron con él.
“Este fideicomiso, por un tema de seguridad, como es personal y yo soy el beneficiario, solo puede ser accedido en persona. Como yo no he podido salir de Malta, no he podido acceder a él“, aseguró Chang.
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Dijo que es “suficiente. Más de 100 millones de dólares en este momento”.
Chang huyó de Chile a Malta en 2016. Acá está acusado de presunta estafa e infracciones a la Ley General de Bancos y a la Ley de Mercados de Valore a través de esquemas piramidales.
CHANG SE DEFIENDE
“No soy estafador y yo creo que lo importante aquí son los hechos. El Grupo Arcano existió por 15 años, desde el 2001 hasta el 2016. Durante estos 15 años nosotros creamos empresas reales en Chile, oficinas en Estados Unidos, inversiones reales y documentadas, con Snapchat, Uber“, explicó el empresario.
“O sea, yo nunca dejé de pagar ni siquiera una tarjeta de crédito. Siempre tuvimos buenas relaciones con nuestros inversionistas, se les pagó a todos. Hasta el 2016, muchos de ellos, o sea, literalmente miles, recibieron sus inversiones puntualmente todos los días. Todos los meses sin ninguna falta”, añadió.
NEGOCIOS RIESGOSOS
Respecto de los miles de inversionistas en Chile que lo acusaron de estafa, afirmó que “la gente que invirtió con nosotros debe ser inversionista calificado, por lo cual firman un documento antes de invertir. Si la persona que invirtió no tiene apetito de riesgo, no es un inversionista calificado, y por tanto, nunca debió haber invertido con nosotros. Esta siempre fue una inversión de riesgos“.
Consultado sobre la quiebra de su empresa, Alberto Chang dijo que “desde que nosotros habíamos estado en el negocio, jamás había pasado que todo el mundo hubiera cobrado su dinero y nadie hubiera invertido. En menos de 30 días yo ya tenía declarada mi quiebra personal y de las empresas, de todas mis empresas en todo el mundo“.
Chang acusó que no le dieron margen para repactar y que le suspendieron las cuentas en el extranjero para revisión, por lo que «yo me quedé sin capacidad financiera para remesar a Chile. Y ahí se produjo el default, pero no porque no hubiera dinero. Una deuda forzosa no es una estafa dolosa. Yo fui forzado de una deuda. Yo no estafé a nadie», reiteró.
FISCALÍA NO DICE LO MISMO
No coincide con la apreciación de Chang la Fiscalía Oriente, donde el persecutor Felipe Sepúlveda aseguró que “creemos que sin dudas esto fue una estafa dolosa. Creemos que provocó un perjuicio del orden de los US$ 100 millones a todas las víctimas en su conjunto”.
“Porque uno puede pensar ‘no hay estafa si es que hago la inversión y me va mal’. Este no fue el caso», sentenció el persecutor.