La tarde de este lunes, en la plana mayor de Amarillos se esperaba que la renuncia de Sergio Micco a la presidencia del partido se cerrara, pues solo faltaba formalizarla. Su caída se viene precipitando desde el jueves de la semana pasada, cuando el entonces secretario general Sergio Solís, y el vicepresidente Gonzalo Rojas-May renunciaran a la directiva del partido.
Diversas autoridades de la colectividad se enteraron por chats internos de la renuncia de ambas autoridades del partido. En una carta enviada a Micco, Solís señala que “con fecha de hoy, 24 de agosto de 2023, y habida consideración a tu solicitud amistosa de dejar la secretaría general del partido, argumentando ‘desavenencias personales insalvables’ que te impiden desempeñar con propiedad la presidencia del partido, he decidido aceptar tu solicitud y presentar mi renuncia indeclinable (…) Este proyecto al que he dedicado mucho trabajo y esfuerzo, me resulta muy querido y no estoy dispuesto a ponerlo en riesgo por motivos personales. Te deseo mucho éxito en tu labor”, señalaba ña misiva.
Fuentes cercanas a Micco dicen que hace una semana ya había determinado renunciar porque ya no contaba con apoyo interno. Desde que se desató la crisis en Amarillos, uno de los pocos aliados que se mantuvo a su lado fue Cristián Warnken.
«NO CUENTO CON LA CONFIANZA»
“Después de pensarlo arduamente y conversar con Sergio Solís, quien, como todos saben, ha presentado su renuncia, he llegado a la conclusión que debo hacer lo mismo”.
Micco planteó que “he constatado que ya no cuento con la confianza de muchos dirigentes del partido, quienes me pidieron que asumiera esta desafiante y hermosa tarea, por lo que se hace inentendible mi permanencia en la directiva (…). Es evidente que por múltiples razones ya no existe consenso en torno a mí”.
En su reemplazo asumiría por razones estatutarias el único diputado del partido, Andrés Jouannet.
Según fuentes internas del partido, la renuncia de Micco se habría originado a partir de una carta conjunta de Amarillos y Demócratas, también de la semana pasada, en que hacían un emplazamiento al Partido Republicano, a partir de su mayoría en el Consejo Constitucional.
PARTIDO NUEVO COSTUMBRES VIEJAS
Gatilló el hecho, que la carta fuera firmada por Solís y no por Micco, lo que ha sido atribuido a las distintas «almas» o lotes de poder que cohabitan en el partido, legalmente constituido en algunas regiones hace apenas 4 meses.
Las mismas fuentes internas señalan que esto no es más que un conflicto de los lotes internos en el joven partido. Un grupo lo conformaría Solís, el exdiputado Gutenberg Martínez y Bernardita Soto, quien también integra la directiva. Por el otro, Micco, Eduardo Jara y el expresidente de la colectividad, Cristián Warnken. Otros, en cambio, descartan que el partido esté fracturado y enfatizan que se salieron de los partidos de la ex Concertación precisamente porque no les agradaban este tipo de divisiones.
El fin de semana hubo conversaciones bilaterales y una reunión telemática, pero a esa altura ya estaba claro que sería Micco quien saldría de la presidencia.
ESTRELLA FUGAZ
Anoche, al cierre de esta edición, Micco, en la reunión de Comisión Política de Amarillos, entregó su carta de renuncia directamente a Jouannet. Esto en consideración de que, como actualmente él es el primer vicepresidente del partido, quedaría a la cabeza.
En su corta vida, el partido ha tenido dos timoneles. El primero de ellos fue el escritor Cristián Warnken, quien renunció al cargo en abril de este año. En esa ocasión, él explicó en Radio Pauta que “no estoy abandonando para nada la causa de Amarillos, voy a seguir presente. Pero ser presidente de un partido requiere una dedicación completa”. Desde entonces, ha evitado hacer apariciones públicas y se ha mantenido en la segunda línea de la colectividad.
En reemplazo de él, Micco asumió como presidente de la colectividad a mediados de junio de este año. Para que eso pasara, comentan en el partido, fueron clave las gestiones de Solís y de Rojas-May. Ellos se encargaron de convencer a aquellos que tenían repartos en torno a la figura del exdirector del INDH de que él era el indicado para continuar con la ruta que inició Warnken. Según cuentan al interior de la colectividad, fue el propio escritor quien solicitó al secretario general que hiciera ese esfuerzo.