Política

La maniobra de Leonarda Villalobos

Allan Santander

Periodista

Leonarda Villalobos - Agencia UNO
La abogada tenía un ‘modus operandi’ donde hacía creer a sus ‘socios’ que tenía ‘contactos’ en instituciones.

La maniobra de Leonarda Villalobos.

“Hoy día para mí la Leo es familia. Nos estábamos conociendo recién. Me cobró gamba 40. Me dijo ‘le voy a tirar gamba al Servicio (de Impuestos Internos) para arreglar tu huevá. Son 40 para mí’«, contaba distendidamente Daniel Sauer, uno de los dueño del factoring Factop, sobre una de sus conversaciones con Leonarda Villalobos.

La abogada, que actualmente está en prisión preventiva por delitos tributarios, soborno y lavado de activos, está siendo una pieza clave para la Fiscalía en todo el entramado del caso Hermosilla.

Sin embargo, para el Ministerio Público el rol de Villalobos era difuso. Lo único que se sabía es que tenía «contactos» para poder lograr favores a algunos de sus ‘socios’. Uno de ellos, fue el que le hizo a Daniel.

De los $3.500 millones que debía, confesaba con orgullo haber pagado $140 millones a la abogada para lograr un «perdonazo» en el Servicio de Impuestos Internos (SII). «Yo encontré que me cobró súper barato», señaló Sauer. «Fue todo un éxito», agregó.

¿Qué es lo que no cuadra en toda esta historia? La Fiscalía no ha encontrado ningún indicio de algún delito al perdonazo a Sauer.

Si bien Patricio Mejías, funcionario del Departamento de Asistencia al Contribuyente de la Dirección Regional Oriente del SII, y Renato Robles, ejecutivo de cobros de la Tesorería General de la República (TGR), están con arresto domiciliario por estar imputados por cohecho por su vinculación con el caso Hermosilla, los supuestos «contactos» con Villalobos no existen.

En una reciente declaración de la abogada, se logró esclarecer la pieza faltante en este puzle: «Acomodó» el discurso a lo que Sauer quería escuchar.

La maniobra de Villalobos

Lo que hacía era enviar mensajes por WhatsApp a su hijo o a personas cercanas a ella para que se los reenviaran. Así, el mensaje aparecía como “reenviado” cuando ella lo remitía a Hermosilla o a Sauer.

Es decir, escribía un mensaje como «te estamos ayudando», se lo enviaba a alguien, ese mismo mensaje era reenviado a Villalobos, y finalmente, simplemente volvía a reenviar el mensaje y hacía creer que era de la persona de interés.

Hacía creer a las personas que tenía ‘contactos’ en instituciones para conseguir favores. Hecho completamente distinto a la realidad. Eso lo comprobaron los persecutores en su teléfono, ya que aparecían esos mensajes reenviados.

“No hay ni un pago a nadie, o sea, esto fue un caso armado con un cuaderno y un lápiz mío, con información que yo recabé, que yo busqué”, manifestaba Villalobos en una entrevista de Chilevisión, el 14 de mayo de 2024.

“No hay nada en Impuestos Internos que sea disímil a esto, no hay nada en la Comisión para el Mercado Financiero que sea disímil. Aquí no hay ni un cohecho, no hay ni un soborno”, recalcaba.

Cabe mencionar que la empresa de los Sauer se encontraba bajo las pesquisas de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) , tras ser suspendida por infracciones a requisitos financieros (documentación y patrimonio).

Según la querella del Servicio de Impuestos Internos, defraudaron a más de 100 clientes por casi $13 mil millones mediante la emisión de facturas falsas.

Luis Hermosilla aseguró, en una reunión grabada, que le adeudaron $10 millones a un funcionario del SII para que le entregaran información. Misma acción realizaron con un colaborador de la CMF. “Te juro, de este hueón dependemos. No tenemos otro filtro antes de la CMF. Y aquí es donde podemos meter manos. Y así se arreglan estas huevás”, le dice a Sauer.

Daniel Sauer pensó que Villalobos se quedaría con $40 millones y los $100 millones restantes era para el «soborno». Incluso los propios fiscales pensaron que un funcionario de la CMF estaba implicado tras ser mencionado, pero luego se percataron de la maniobra.

Descubrieron que el mensaje que supuestamente escribió Gaspar (el colaborador) no tenía nada que ver con él. Ella lo escribió y se lo mandó al hijo, el hijo se lo mandó de vuelta y ella se lo reenvió a Hermosilla y a Sauer.

Tras conocer el modus operandi de los mensajes reenviados, desde el Ministerio Público reconocen que, en su declaración, Sauer no estaba inventando lo que decía, pero a su vez era una versión de otra imputada (Villalobos). Claramente, hay intereses contrapuestos en declaraciones que “no se ajustan a la realidad investigativa”.

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