Nacional y economía

«Galilea» la Golden Retriver de carabineros estrella de la Parada

María Fernanda Pavéz

Periodista

De experta en drogas a estrela de la Parada Militar. La tierna historia de Galilea

«Galilea» la Golden Retriver que encarna lealtad y doctrina en Carabineros

Como cada 19 de septiembre se realizó la Parada Militar en la elipse del Parque O’Higgins.

En tan solemne ocasión uno de los momentos más esperados fue la presentación de Carabineros de Chile junto con sus ejemplares caninos, quienes con el tradicional paso regular se robaron las miradas de niños y adultos por igual, dejando en claro que este grupo de perros y cachorros también son uniformados que tienen un rol esencial en el mantenimiento del orden en el país.

Sacrificio y recompensa

Los minutos de aplausos espontáneos dirigidos al Grupo de Adiestramiento Canino de Carabineros durante su presentación, es para los guías y sus leales compañeros de labor, un momento de inmensa alegría y satisfacción, pues en cada muestra de afecto y gratitud está también la recompensa a largas jornadas de preparación, trabajo y compromiso entre dos compañeros inseparables que se unieron para ofrecer su vida juntos en defensa del orden y de la patria.

En su segunda vez participando en la parada militar, la Golden Retriver bautizada como Galilea camina al lado de su guía Sargento Segundo Gonzalo Valenzuela. Ambos muy seguros y, como siempre, cómplices.

Ella siempre llama la atención donde va, ya sea por su ternura o por la manera en la que ejerce sus labores. Galilea, en general, se destaca bastante en lo que hace. Nosotros trabajamos en el área de búsqueda y detección de droga, una tarea muy compleja en la que se debe ser muy hábil y riguroso. Ella lo ha sido con creces”.

La estrella del desfile

Como periodistas sabemos de lo formales y escuetas que son las declaraciones de todos los miembros de Carabineros de Chile, es por eso le pedimos nos pueda contar más sobre él y su fiel compañera de faenas, algo más allá que permita saber de lo que hay detrás de ellos como representantes de las carabinas cruzadas.

Nuestra solicitud es inmediatamente acogida y con un inconfundible orgullo, pues se nota es de esas historias enriquecedoras de contar y de escuchar.

“A lo largo del año la gente siempre demuestra mucho interés por los perros de la institución. Claramente, después de nuestro paso por la elipsis del Parque O’Higgins se siente mucho más la atracción por conocer y saber más por nuestros animales de servicio.

Tiernos como niños

Eso es muy lindo porque todos los canes con los que trabajamos son muy juguetones y tiernos, tal como son los niños. Si para quienes los ven de afuera les genera afecto, imagínense para nosotros que pasamos todo el día con ellos, los vemos crecer, los vemos aprender, los vemos conseguir sus primeros logros. Es increíble”, cuenta el Sargento Segundo Gonzalo Valenzuela.

Antes de comenzar el trabajo en alguna especialidad, los perros son preparados por sus instructores, momento en el que inician su primera etapa juntos. El comienzo de un camino que los mantendrá unidos hasta después de haber puesto fin a sus años de servicio.

Una «vida» juntos

“Recibí a la Galilea a los 9 meses, desde ese entonces sólo ha estado conmigo. Durante un año se llevó a cabo su proceso de preparación y luego salimos al servicio. No miento cuando digo que desde el primer día fue una experiencia increíble en todos los aspectos.

Los carabineros que hacemos labores con perros nos quedamos siempre con ellos. Por lo general, estos animales trabajan hasta ocho años y luego se van a retiro. Desde ese momento se quedan a vivir en casa de su guía, con el que trabajaron siempre para mantenerse juntos hasta que la vida se los permita. Es un vínculo muy fuerte y especial”, cuanta Valenzuela.

De drogas a la Parada Militar

“Llevamos 4 años juntos y ha sido una inmensa enseñanza para mí. En su mayoría, hemos pasado por cosas muy lindas y otras un poco complicadas. Una vez en un allanamiento vivimos un momento complejo en el que temí que quisieran pegarle, pero afortunadamente, no fue así.

Como la búsqueda de drogas es un tema delicado siempre podemos contar con el apoyo del GOPE o fuerzas especiales para estar lo más seguro posible. Fuera de eso el resto han sido sólo alegrías que nos han pasado”.

El Sargento Segundo Gonzalo Valenzuela es enfático en decir que ha sido un afortunado durante los cuatro años con su compañera de labores y aventuras. Se nota que tiene muchos recuerdos valiosos y no pudimos negarnos a la posibilidad de saberlos.

“Me pasa que todo lo que yo pueda decir de la Galilea para mi es alegría».

«Lo voy a explicar de otra forma. La primera vez que yo la vi era la más pequeña de la camada, muy chiquitita.

Pese a que pude haberla visto como la más débil, yo sentí que quería que ella se quedara conmigo, y se lo dije a mi instructor. Él aceptó y desde ahí todo ha sido una alegría tras otra.

Tiempo después, esa cachorra indefensa salió conmigo a un servicio y encontró por primera vez droga. Lo recuerdo perfecto. Fue un allanamiento y encontró droga bajo una cama, en un velador, un mueble y un ropero. Algo inmensamente reconfortante porque fue un paso muy grande después de un año de preparación”.

No ha sido sólo una vez en que la Galilea ha demostrado sus habilidades en su trabajo.

«Ella para todo es muy especial. En sus tareas es sumamente astuta y concentrada, pero fuera del tiempo de labores es extremadamente dulce, ama que le hagan cariño y con eso ella puede pasar horas disfrutándolo. Es muy perceptiva, ella no solo detecta drogas, también es capaz de detectar perfectamente las emociones y ahí tampoco falla”, asegura.

La amigable Golden Retriver lleva 4 años de servicio a la institución. Está en la mitad de su ciclo laboral, y si bien, ha tenido una intachable carrera, al llegar a cumplir los 8 debe despedirse de su vestuario de carabinera para disfrutar de la vida en la que su única actividad debe ser jugar y regalonear con la familia de su instructor y mejor amigo.

“No pienso en el retiro de la Galilea como algo que no quisiera que pase, todo lo contrario.

En los años que hasta hoy hemos estado juntos le debo mucho.

Cuando termine ya se irá definitivamente conmigo, vivirá en mi casa y será por siempre parte de mi familia, un integrante más de ellos.

Lo que más quiero es que eso pase para hacer que disfrute de correr, vayamos a la playa, juegue con mi hijo y pueda ir a la casa de mis padres. En mi familia todos la aman, no hay nadie a quien le sea indiferente. Mi hijo tiene 14 años y cuando están juntos es como si jugaran dos niños. A ella le encanta que le tiren la pelota, correr y todo lo que le permita compartir su energía”.

Al igual que los hombres y mujeres que sirvieron a Carabineros y deben abandonar sus funciones, los canes deben cerrar su ciclo de manera formal, instancia en la que se les hace un reconocimiento a sus inolvidables logros.

Cuando los perros se van hacen ceremonias de retiros de los ejemplares.

«Formamos y nos llevamos la capa con su nombre. Ese es un episodio significativo porque es una nueva vida para el animal y el carabinero. Siempre es bonito hacer honor a la lealtad, compañerismo e incondicionalidad de quien entregó tanto, solo a cambio de amor e incentivos”, expresó.

El entusiasmo que muestra el Sargento Segundo del Grupo de Adiestramiento Canino al hablar del futuro de su noble amiga perruna, genera alegría y a la vez emociona, es por eso que quisimos preguntarle lo que sabíamos iba a ser la respuesta más ejemplificadora de todas.

Con sus conocimientos en el trabajo con canes, ¿usted cree que Galilea es una perra feliz?

“Ahora voy a dejar de ser totalmente el instructor para responder únicamente como Gonzalo Valenzuela.

Francamente, yo siento que sí, pero a la vez siento que yo soy el que he sido inmensamente feliz con ella.

Feliz por lo que me entrega, por todo lo que hemos logrado, por todo lo que ella me ha enseñado. Yo soy feliz porque mi familia la quiere tanto como yo. Si es que yo tengo la posibilidad de retribuir eso, voy a dar lo mejor de mí y mi tiempo para verla correr, jugar y dejarse querer como le gusta.

«La Galilea» se lo merece, porque siendo un animalito me hace ver a diario que la mezcla perfecta entre la lealtad y la valentía no sólo se encuentra en humanos”, sentencia.

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