Internacional

Brasil solicita extradición de opositores refugiados en Argentina

Editado de agencias y medios internacionales por Cristian Navarro H.

Juez Alexandre de Moraes. Foto publicada en X por @lindberghfarias
La Policía Federal de Brasil presentó la solicitud de extradición y la remitió al Ministerio de Justicia,

El juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal de Brasil, ha solicitado la extradición de un grupo de opositores brasileños refugiados en Argentina, quienes participaron en los ataques del 8 de enero de 2023 contra la sede de los tres poderes del Estado en Brasilia.

Estos individuos, militantes bolsonaristas, huyeron a Argentina tras los disturbios en los que vandalizaron edificios gubernamentales como parte de un intento de golpe de Estado, según la acusación.

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La Policía Federal de Brasil presentó la solicitud de extradición y la remitió al Ministerio de Justicia, que ahora debe determinar si el caso cumple con los tratados internacionales de cooperación judicial.

Este proceso ha generado tensiones diplomáticas entre Brasil y Argentina, dado que la administración de Javier Milei ha mostrado una postura ideológica en desacuerdo con el gobierno de Lula.

ASILO POLÍTICO

A pesar de las presiones de Itamaraty, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, la relación entre ambos líderes complica la extradición, ya que algunos sectores en Argentina consideran que los acusados podrían recibir asilo político si se determina que el caso tiene motivaciones políticas.

Según fuentes policiales, entre 50 y 100 militantes bolsonaristas se refugiaron en Argentina después de la asunción de Milei el 10 de diciembre de 2023.

Muchos de ellos ya han sido condenados en Brasil con penas de entre 8 y 17 años de prisión por actos de insurrección y vandalismo.

Se sabe que algunos de estos individuos habían eludido las restricciones de movimiento impuestas por la justicia, como la ruptura de tobilleras electrónicas, lo que llevó a la intensificación de las solicitudes de extradición.

Este caso añade fricción a la ya compleja relación entre Lula y Milei, especialmente de cara a la próxima cumbre del G20 en Río de Janeiro en noviembre de 2024.

Además, podría afectar las negociaciones en curso para concretar el acuerdo Mercosur-Unión Europea, un tema que ambos gobiernos tratan con cautela dada la importancia estratégica para sus economías.

 

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