Opinión

Consecuentes hasta las penúltimas consecuencias

Chile

Víctor Maldonado R.

Licenciado en Sociología y Magíster en Ciencias Políticas, ambas de la Universidad de Chile

Consecuentes hasta las penúltimas consecuencias
Imagen AgenciaUno
En una crisis cada palabra pesa y lo que se requiere es la preparación al detalle

Las peores críticas son las que se basan en las declaraciones del criticado. Previo al momento de la prueba se puede afirmar lo que se quiera con frases tan novedosas como «caiga quien caiga» o «que se investigue hasta las últimas consecuencias». Y no resulta agradable que nos lo recuerden.

Tampoco es confortable ser feminista con un retardo de 48 horas, sobre todo porque es la primera reacción la que vale y la segunda corresponde a la que se está obligado a tener de todas formas. Más incomodidad.

El impacto de la salida de Monsalve es de primera magnitud porque desordena inesperadamente la preparación tranquila de un cambio de gabinete que resulta inevitable después de las elecciones de fines de esta semana.

La situación se desordena porque uno de los elementos estables resulta súbitamente fuera de juego y un reemplazo parcial devela, en parte, el modo en que se quiere mantener los equilibrios en el equipo ministerial.

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REACCIONES ANTICIPADAS

Con esto lo que se consigue es que las reacciones de los actores políticos involucrados también se anticipen, lo mismo que las presiones que se reciben.

Es bastante improbable que el paso de un ministro a subsecretario termine por ser plenamente explicable, a no ser que sea un movimiento previo a un posible reemplazo de Tohá, en el caso que esta emprenda una postulación presidencial. 

Cordero queda ya instalado en el ministerio. Puede ser que este haya sido el diseño original, pero poco se puede concretar de una planificación reservada que anticipa tanto sus movimientos. 

Como resultado, el gobierno al completo pasa a la defensiva cuando se estaba iniciando un agresivo ataque motivado por la actuación reciente del Congreso.

Se puede discutir si La Moneda reaccionó prontamente a la situación de Monsalve, pero no cabe duda de que Boric se sintió en falta y, para compensarlo, se autorecetó un extenso punto de prensa improvisado. En mala hora.

CADA PALABRA PESA

Ningún mandatario le había dedicado tanto tiempo a cometer un error de antología. El resultado es insuperable porque un Presidente se puede recuperar de una cuña desacertada, pero no de un punto de prensa dedicado a cometer errores. El efecto fue tan impactante que no se vio que los desatinos eran dos.

Lo que no se ajustó a tiempo fue la estrategia que se había decidido asumir en los días previos a la elección. Entrar en polémica con otro poder del Estado son palabras mayores, pero implementar el paso sabiendo que no se podría mantener el debate público por una crisis interna es algo que no se entiende.

Es esto lo que muestra que, ya iniciada una crisis a la que solo le faltaba detonar en público, no había conciencia de la dimensión que alcanzaría con rapidez.

Ser espontáneo es una gran virtud cuando hay que reaccionar en una situación emotiva porque la empatía es clave para un líder. Por supuesto, en una crisis cada palabra pesa y lo que se requiere es la preparación al detalle. 

Las fallas de Boric provienen de situaciones en que improvisa y sus aciertos del trabajo de un equipo que prepara con rigurosidad su próximo paso. Alienta que exista una jefa de prensa tan responsable, dedicada y valiente, pero como dice el Cantar del Mio Cid: «¡Qué buen vasallo sería si tuviese buen señor!».

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