La denuncia de violación en contra del exsubsecretario Manuel Monsalve (PS), por parte de una de sus funcionarias, el manejo inicial de la crisis por parte de la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), y las críticas por parte del oficialismo al actuar del presidente Gabriel Boric y la ministra Antonia Orellana, han configurado un panorama oscuro para la coalición.
Además, a esta tormenta que sacude el Ejecutivo, se le suma un tercer ingrediente: la condena en contra de Monsalve (PS con militancia suspendida) que legisladores del Frente Amplio (FA) salieron a expresar de forma colectiva.
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A pesar de que la relación de la ex autoridad con la «nueva izquierda» se afianzó al momento de formar parte del gobierno de Boric, el frenteamplismo no dudó en lapidar a Monsalve y afirmar que «traicionó la confianza del Presidente», al fallar a sus responsabilidades y aprovecharse de su poder con una subalterna.
Asimismo, es importante señalar que esta bomba de racimo cae a tan solo días de que las coaliciones de gobierno (Socialismo Democrático y PC-AH-FREVS-Frente Amplio) deban someterse a un difícil examen ciudadano con las elecciones regionales y municipales del 26 y 27 de octubre.
«EL PEOR ENEMIGO DEL GOBIERNO ES GABRIEL BORIC»
Desde el PPD, presidido por Jaime Quintana, intentaron respaldar a su candidata presidenciable, Carolina Tohá, coordinando una reunión de emergencia en La Moneda tras el escándalo.
Sin embargo, todo se derrumbó luego de una serie de reclamos de asesores del Presidente y algunas autoridades ministeriales, entre ellas, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, quién habría sido una de las últimas en enterarse de los hechos.
EL PPD de ese modo, confirmó la guerra desatada dentro del Comité Político. Según mencionan, una facción es liderada por Orellana, a la cuál se suma la ministra vocera de Gobierno Camila Vallejo. Mientras que Tohá quedó a su suerte.
“Si cae Tohá, vamos a pedir que caiga Orellana. Carolina no puede pagar sola los errores comunicacionales del Gobierno y del Segundo Piso”, sentencia el Senador, a raíz además, de las declaraciones de la ministra de la mujer comparando a Monsalve con un portero.
A estos misiles, se suman las declaraciones del diputado Raúl Soto (PPD) quien al comentar los flancos que abrió la extensa rueda de prensa del Mandatario por el caso Monsalve, señaló que “el peor enemigo del gobierno, hoy es el propio Presidente Boric”.
LA MOLESTIA DEL FRENTE AMPLIO
Tras las críticas del diputado Soto, parlamentarios del Frente Amplio salieron en bloque a defender a Boric. A esto se suma, el documento distribuido por parte de la Secom, dirigida por Pablo Paredes también del FA, con el fin de ordenar declaraciones ante la nueva crisis que salpica al Ejecutivo.
El objetivo del texto: relevar las rápidas medidas que habían adoptado el Presidente Boric (Frente Amplio) y la ministra Orellana (Frente Amplio), a modo de contrarrestar las críticas de la oposición por una supuesta lenta reacción, al destituir a Monsalve dos días después de conocer el hecho.
Sin embargo, en la minuta no se hace mención a la ministra Tohá, quién se hizo cargo de la crisis desde el principio, tras el llamado que recibió por parte del Director de la PDI, Eduardo Cerna, comunicándole la denuncia de su subalterno.
El caso Monsalve hizo cambiar la perspectiva, no solo contra el exsubsecretario sino también contra Tohá y todos los personeros del Socialismo Democrático que trabajaban en el Ministerio del Interior.
En esa línea, la diputada Emilia Schneider, realizó un análisis político tras la denuncia y de las supuestas tensiones entre el Frente Amplio y el SD por el hecho.
“Creo que la relación entre el socialismo democrático y el Frente Amplio no es particularmente tensa como conglomerado, creo que hay personajes del socialismo democrático que han tenido pronunciamientos bastante destemplados y que no aportan a la discusión“, advirtió.
Se trata de un caso sin precedentes que está lejos de acabar. Los errores no forzados y los nuevos antecedentes del Caso Monsalve revelados por el fiscal Xavier Armendáriz han desencadenado una ola de cuestionamientos y un fuerte malestar interno del comité político por cómo se manejó la crisis desde el minuto cero.
