La Fiscalía de Francia ha solicitado este lunes la pena máxima de 20 años de prisión por violación para Dominique Pelicot, acusado de haber abusado sexualmente de su exesposa Gisèle durante una década.
Según la acusación, Pelicot drogaba a su pareja con somníferos y la ofrecía a decenas de hombres para que también abusaran de ella.
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La fiscal del Tribunal de Apelación de Aviñón, Laure Chabaud, calificó los actos del acusado como «abyectos» y describió a Pelicot como un hombre «perverso, egocéntrico y perturbado», motivado por sus desviaciones sexuales y sin ningún respeto por el consentimiento de la víctima.
Reescribe en forma activa Durante el juicio, Chabaud subrayó la gravedad de los crímenes: «Veinte años es mucho tiempo, pero también es poco teniendo en cuenta la magnitud y la repetición de los actos cometidos».
Dominique Pelicot, quien ha admitido los delitos, habría grabado millas de fotos y videos que constituyen pruebas clave contra él y contra 51 hombres más, muchos de los cuales alegan que creían contar con el consentimiento de la mujer.
UN JUICIO QUE IMPACTA A LA SOCIEDAD
Jean-François Mayet afirmó que los crímenes redujeron a Gisèle Pelicot a un objeto y resaltó que las pruebas gráficas evidencian su extrema violencia.
Según Mayet, el juicio trasciende lo penal y refleja un cambio necesario en la forma en que la sociedad entiende las relaciones entre hombres y mujeres: «Lo que está en juego no es solo una condena o una absolución, sino un replanteamiento de las relaciones humanas más íntimos».
Por su parte, Antoine Camus, abogado de la víctima, defendió que el proceso se desarrollara de forma pública para «cambiar la vergüenza de lado». Los otros acusados, cuyas edades oscilan entre los 26 y los 74 años, también enfrentan penas de hasta 20 años de prisión por violación agravada.
Este caso, que ha sacudido a la opinión pública francesa, pone en evidencia la importancia de visibilizar la violencia sexual y cuestionar las dinámicas de poder en las relaciones de género.