Mon Laferte es directa y sugerente a la vez en sus respuestas. La chilena con más discos vendidos en la era digital se enfrentó sin problemas a la entrevista de Macarena Pizarro en un canal de la televisión abierta.
Partió diciendo que ella siempre supo que sería una «rock star». Desde que le tocó cantar por primera vez a los 13 años en un festival en su natal Viña del Mar, cuando vivía en la población Gómez Carreño.
Relató que este 2024 es el año que ha dado más conciertos en su vida. En lugares que nunca imagino que iba a actuar.
Señaló que su exposición «Autopoiética» es algo que le escuchó a Humberto Maturana y se «enamoró» de sus ideas que dicen relación con la capacidad del ser humano de re generarse a sí mismo.
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Laferte indicó que claramente cree en la existencia de fuerzas constructivas y destructivas. O dicho de otro modo, ella misma ha experimentado, a veces, una especie de auto destrucción, pero también con que al final del día puede suceder algo o crearse algo que te re construye, que en el caso de ella, es el Arte. «La creación artística me ha salvado muchas veces».
LOS NACIONALISMOS NOS DIVIDEN
Se refirió a su nueva nacionalidad mejicana. El pasaporte es algo que me permite entrar a algunos lugares. Por cierto México me permitió ser conocida pero, además, me entregó inspiración y cultura.
«Uno es de donde están sus afectos, sus vivencias, sus familiares. Y eso me pasa en Chile«. Los nacionalismos nos dividen y nos confrontan agregó la artista.
Relató que a los 13 años tuvo una pareja de 34, lo que claramente es una situación de abuso.
Lo mismo que el acoso que sufrió por parte del productor del programa de talentos «Rojo, fama contra fama» de Televisión Nacional a principios de los años dos mil.
“Me invitaba a su casa, me decía que tenía un jacuzzi”, dijo.
Cuando tenía que sacar el segundo disco (…) Él me decía: ‘Podríamos hacer una excepción si usted es buena onda conmigo’”, agregó la cantante.
Indicó que se hace cargo de su salud mental y por tanto ese tipo de experiencias las ha enfrentado directamente.
Alabó el apoyo de su madre y abuela. Las que con las pocas herramientas que tenían lograron darle mucho afecto, cariño y amor. Y ella también trata de cumplir un buen rol de madre.
Lo cierto es que Mon Laferte nos sorprende. Es sincera y transparente. Guardando todas las proporciones en Laferte hay una influencia de Violeta Parra, de Gabriela Mistral y de su madre.
El punto en común de todas es: la pasión por la creación y el arte. A pesar de todas las dificultades que se presenten.
Mal que mal, Mon Laferte triunfó en un país con miles de buenos artistas. Su perseverancia y temple sólo le juegan a favor.
