El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró este lunes que Moscú tomará las medidas necesarias para garantizar la seguridad de sus bases militares en Siria, al tiempo que señaló que el futuro de estas instalaciones será negociado con las nuevas autoridades en el país árabe, luego del derrocamiento del presidente Bashar Al Assad.
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Durante su rueda de prensa telefónica, Peskov evitó revelar detalles sobre el paradero del exmandatario sirio o sobre sus últimos contactos con el presidente ruso Vladímir Putin. “Dejo esa pregunta sin respuesta”, afirmó.
SITUACIÓN DE ALTA INESTABILIDAD
Peskov describió la situación en Siria como “extraordinariamente inestable”, aunque aseguró que las fuerzas rusas han implementado todas las “medidas de precaución” necesarias.
“Necesitamos tiempo”, añadió, refiriéndose a las próximas negociaciones con los actores que actualmente controlan el poder en Siria.
Medios turcos, citando a fuentes de seguridad, informaron que Turquía asistirá en la evacuación de las tropas rusas, utilizando aviones militares.
Según estas fuentes, Ankara habría aceptado la solicitud de Moscú para facilitar la operación.
EL DESTINO DE LAS BASES RUSAS EN LATAKIA Y TARTUS
En días recientes, medios rusos y occidentales han especulado sobre el destino de las dos bases estratégicas que Rusia mantenía en Siria: el aeródromo de Hmeymim, en Latakia, y la base naval de Tartus, en el Mediterráneo.
Estas instalaciones han sido fundamentales para las operaciones militares de Moscú en Medio Oriente desde 2015.
El Kremlin aseguró que ha establecido contacto con líderes de la oposición armada siria, quienes habrían garantizado la seguridad de las bases militares rusas y de las legaciones diplomáticas en territorio sirio.
EL INCIERTO PARADERO DE BASHAR AL ASSAD
Sobre el destino del depuesto presidente Al Assad, Peskov se negó a confirmar o desmentir los rumores de que el líder alauita habría recibido asilo en Rusia.
“No hay nada que decir al respecto”, afirmó, destacando que cualquier decisión sobre el posible refugio a Al Assad recae exclusivamente en el presidente Putin.
Peskov también reconoció la sorpresa generalizada ante la rapidez con la que el régimen de Al Assad perdió apoyo militar, lo que permitió el avance de las fuerzas yihadistas.
“Esto tomó por sorpresa a todo el mundo, y nosotros no somos una excepción”, concluyó.
IMPACTO GEOPOLÍTICO
La caída de Al Assad representa un cambio drástico en la dinámica de poder en Medio Oriente y plantea grandes desafíos para Moscú, que durante años mantuvo una alianza estratégica con el régimen sirio.
Las bases de Latakia y Tartus, únicas fuera del territorio ruso, fueron piezas clave en las ambiciones geopolíticas de Rusia en la región.
Imágenes muestran el aeropuerto militar de Hama tras caer bajo el control de la oposición y HTS.
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— Okba Mohammad (@OkbaMohamad) December 6, 2024