El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró su intención de mediar para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, haciendo un llamado a un «alto el fuego inmediato» y abriendo la posibilidad de que Estados Unidos se retire de la OTAN.
Sus declaraciones, realizadas en redes sociales y entrevistas televisivas, generan preocupación entre aliados occidentales y expertos en seguridad nacional.
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Trump instó al presidente ruso, Vladimir Putin, a tomar medidas para detener el conflicto, asegurando que tanto Ucrania como Rusia estarían dispuestos a negociar.
“Debería haber un cese el fuego inmediato y comenzar negociaciones. Conozco bien a Vladímir, este es el momento de actuar”, afirmó. Según Trump, Ucrania desea alcanzar un acuerdo que ponga fin a la guerra.
El llamado de Trump se dio después de reuniones en París con líderes internacionales, incluyendo al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.
Este último calificó las conversaciones como «constructivas», pero subrayó que cualquier acuerdo debe garantizar una “paz justa y duradera” que evite futuros ataques rusos.
RETIRAR A EE.UU. DE LA OTAN
Por otro lado, Trump planteó la posibilidad de reducir la ayuda militar a Ucrania y criticó a los países miembros de la OTAN por no cumplir con sus compromisos de gasto militar.
En una entrevista, señaló que no descarta retirar a Estados Unidos de la alianza si considera que no recibe un trato justo: «Absolutamente, sí, es una posibilidad», afirmó.
Las propuestas de Trump contrastan con la política actual del presidente Joe Biden, quien ha incrementado la asistencia militar a Ucrania, incluyendo un paquete de armamento de casi 1.000 millones de dólares anunciado recientemente.
Los aliados de Ucrania temen que un cese al fuego prematuro obligue a Kiev a realizar concesiones desfavorables y permita a Rusia reconstruir su ejército para futuros ataques.
La postura de Trump, incluso antes de asumir el cargo, resalta su enfoque en redefinir la política exterior de Estados Unidos.
Analistas advierten que sus propuestas podrían cambiar significativamente el equilibrio de poder global y redefinir el papel de Estados Unidos en los principales conflictos internacionales.