Un fuerte dolor de cabeza llevó al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hasta un centro médico donde le hicieron una resonancia magnética que mostró que tenia una hemorragia intracraneal.
Lo curioso es que el problema se habría generado el pasado 19 de octubre -es decir, hace casi dos meses-, cuando el mandatario se cayó del baño en su residencia, se golpeó y se hizo una herida en la nuca. Lesión que, por lo demás, aseguran que fue controlada en esa oportunidad.
Incluso, se reportó que las pruebas realizadas a principios de noviembre mostraron que su estado permanecía estable.
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Lo cierto es que ahora Lula tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital Sirio-Libanés en Sao Paulo donde fue sometido a una operación para drenar el hematoma de la hemorragia.
BAJO MONITOREO
El informe del centro médico -a través de un boletín- es que la cirugía se desarrolló «sin problemas y, en este momento, el presidente se encuentra bien, bajo monitoreo, en una cama de cuidados intensivos».
Agregaron que la hemorragia es reflejo de la caída que Lula sufrió el pasado 19 de octubre en el Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia brasileña, en Brasilia, y por la que hubo que darle cinco puntos de sutura en la nuca.
En todo caso, luego de ese accidente, y por precaución, los médicos le impidieron viajar durante un tiempo en avión, al menos en tramos muy extensos.
Es por eso que no pudo participar en la cumbre de los BRICS, que tuvo lugar en Kazán, Rusia, a fines de octubre.
Lula ocupa la presidencia de Brasil desde el 1 de enero de 2023 tras vencer a Jair Bolsonaro en las elecciones.
Su agenda de trabajo ha sido extensa en el último tiempo, pues fue anfitrión en Río de Janeiro de la cumbre de líderes del G20 y, además, viajó a Montevideo para la reunión semestral de presidentes del Mercosur.