Cada día, camiones jaula con barras de hierro, diseñados para transportar ganado, trasladan a miles de haitianos deportados desde República Dominicana hacia la frontera en Elías Piña.
Entre los deportados se encuentran hombres jóvenes, mujeres embarazadas y niños no acompañados, muchos de los cuales nunca vivieron en Haití.
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Desde octubre, más de 55,000 personas han sido repatriadas bajo una estricta política migratoria impulsada por el presidente dominicano, Luis Abinader.
Abinader justifica esta medida señalando que República Dominicana no puede ser la solución a la crisis en Haití, un Estado fallido azotado por la violencia de pandillas y el colapso de sus instituciones.
Sin embargo, organizaciones de derechos humanos denuncian abusos masivos durante las deportaciones, incluyendo palizas, detenciones arbitrarias y expulsiones de ciudadanos dominicanos de ascendencia haitiana.
Agentes migratorios sacaron a Rose-Mieline Florvil, una mujer embarazada, de su hogar en Santiago antes del amanecer.
Sin posibilidad de escapar, la deportaron a Haití, un lugar que ya no reconoce como su hogar.
Otros deportados narran detenciones violentas; por ejemplo, los agentes separaron a un niño de 11 años de su familia y dispararon en la pierna a un joven de 17 años durante una redada.
TENSIONES HISTÓRICAS
La política dominicana ha exacerbado tensiones históricas entre ambos países, que comparten la isla La Española.
Haití, la nación más pobre del hemisferio occidental, depende en gran medida de la ayuda internacional, mientras que República Dominicana lucha con los costos de atender a migrantes haitianos en salud y educación.
Según el ministro de Relaciones Exteriores dominicano, Roberto Álvarez, el 40% de los nacimientos en hospitales públicos corresponde a madres haitianas.
Organizaciones internacionales y expertos señalan que, aunque República Dominicana enfrenta una presión legítima, las deportaciones masivas violan derechos humanos.
Además, critican el racismo y la xenofobia subyacentes en las políticas migratorias, que históricamente han marginado a la población haitiana.
Florvil y otros deportados exigen una solución global. «Si tuviéramos un gobierno que nos protegiera, no nos tratarían así», expresó.
La crisis sigue sin resolverse, dejando a miles atrapados en la incertidumbre y el sufrimiento.
🛑 🇩🇴 URGENTE. Ni me lo contaron, ni me lo mandaron. Esto lo grabé ayer en el malecón de Santo Domingo a las 5 de la tarde. A plena luz del día se violan con todo descaro los derechos humanos más elementales de los migrantes de Haití en República Dominicana. Camiones para ganado… pic.twitter.com/sbUov7IUZb
— Lautaro Rivara (@LautaroRivara) November 29, 2024