El ciclón Chido, considerado el fenómeno más destructivo en la región del Océano Índico desde 1934, ha provocado estragos en Mayotte, un territorio francés, mientras continúa su recorrido hacia la costa este de África.
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Con vientos de hasta 220 km/h, la tormenta ha destruido viviendas, arrancado árboles y dejado millas de familias sin electricidad.
CRISIS EN MAYOTTE
Con una población superior a los 300 mil habitantes, Mayotte se encuentra en alerta roja. François-Xavier Bieuville, prefecto del territorio, informó que los servicios de emergencia han comenzado a operar de forma limitada tras la etapa más intensa del ciclo.
Hasta el momento, 110 rescatistas han sido desplegados, y se espera la llegada de 140 más en los próximos días.
El ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, afirmó que los daños en Mayotte son significativos y que los servicios estatales están totalmente movilizados.
ALERTA ROJA
Por su parte, el presidente Emmanuel Macron aseguró estar al tanto de la situación y en comunicación con las autoridades locales.
El archipiélago de las Comoras, ubicado al norte de Mayotte, también ha sido impactado por Chido. Las autoridades locales han emitido alertas rojas, cerrado el aeropuerto y ordenado que las embarcaciones permanezcan en puerto.
Además, se reporta la desaparición de 11 pescadores desde el inicio de la semana, mientras la población se prepara para enfrentar las consecuencias del ciclón.
FALLECIDOS
El prefecto de Mayotte, François-Xavier Bieuville, expresó su preocupación por los estragos del ciclón Chido, que azotó la isla el sábado 14 de diciembre.
Según indicó en una entrevista este domingo con medios franceses, las víctimas fatales podrían ser «de varios cientos» y «tal vez se acerquen, e incluso se superen, los 1.000 fallecidos».
La prefectura levantó la alerta roja al confirmar que el ciclón, ahora a más de 500 km, “ya no representa una amenaza”.
Sin embargo, se llamó a la población a mantener la «vigilancia ante el riesgo de olas» y se activó una «fase de salvaguarda cíclica». Mientras tanto, equipos de rescate y servicios básicos trabajan para restablecer la normalidad.
SEGURIDAD CIVIL
Un avión de seguridad civil llegó desde la isla de la Reunión a las 13:30 horas locales, transportando tres toneladas de suministros médicos, paquetes del Establecimiento Francés de Sangre y un equipo de 17 profesionales de la salud, según informó la prefectura de la zona de defensa del sur del océano Índico.
La situación en Mayotte es crítica, especialmente en los asentamientos informales donde miles viven en condiciones precarias.
La isla no estaba preparada para un ciclo de esta magnitud. Se han habilitado refugios de emergencia para las familias afectadas, muchas de las cuales siguen incomunicadas por la interrupción eléctrica y los daños en la red telefónica.
GRAVES DAÑOS
En Mamoudzou, el puerto sufrió graves daños: barcos hundidos, una barcaza encallada y colapsos en las infraestructuras portuarias. Además, varias casas quedaron destruidas o perdieron sus techos.
Para facilitar la comunicación entre afectados, especialmente en áreas aisladas, el medio Mayotte la 1ère creó un grupo en Facebook titulado «Todos afectados», destinado a reconectar a las familias.
Las autoridades locales continúan evaluando los daños y brindando apoyo a las comunidades damnificadas.
ÁFRICA
Se espera que el ciclón toque tierra en Mozambique entre sábado y domingo, con potencial para afectar a más de 2,5 millones de personas en las provincias de Cabo Delgado y Nampula.
Los países vecinos, como Malawi y Zimbabue, también se preparan para posibles inundaciones y evacuaciones.
La temporada de ciclones en el Océano Índico, que se extiende de diciembre a marzo, ha dejado daños significativos en los últimos años. Tormentas como el ciclón Idai en 2019 y el ciclón Freddy en 2023 devastaron la región, exacerbando problemas de salud pública, ya que el agua estancada aumenta el riesgo de enfermedades como el cólera, el dengue y la malaria.
Esta crisis subraya la vulnerabilidad de las comunidades de la región frente a fenómenos climáticos extremos y la necesidad de reforzar los sistemas de respuesta y prevención.