Jenson Brooksby irrumpió en el circuito profesional de tenis con un futuro brillante, pero las adversidades lo llevaron a tomar un descanso forzado.
En agosto de 2018, su victoria en el campeonato nacional Sub-18 de Estados Unidos le otorgó una wild card para el US Open, donde demostró su potencial.
En junio de 2022, con apenas 21 años, alcanzó el puesto 33 del ranking ATP, y a principios de 2023, venció al número 3 del mundo, Casper Ruud, en el Australian Open. Sin embargo, una serie de obstáculos, tanto dentro como fuera de la cancha, frenaron su ascenso.
UN DIAGNÓSTICO TEMPRANO
Un reportaje del Clarín relata que desde los dos años, Brooksby fue diagnosticado con un trastorno del espectro autista, un desafío personal que, al principio, lo aisló de su entorno.
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Durante sus primeros años, el californiano no hablaba ni se relacionaba con otros, y fue sometido a intensivas sesiones de terapia para mejorar su comunicación y habilidades sociales. «Estaba claro que necesitaba una intervención intensiva», recuerda Michelle Wagner, quien trabajó con él desde pequeño.
Hoy, con 24 años, Brooksby se encuentra «en el extremo más leve del espectro» y considera su condición como una fortaleza en los momentos de presión en la cancha.
«Me permite enfocarme realmente bien en dos o tres detalles específicos durante un largo período de tiempo», comenta sobre cómo su autismo le ayuda a mantener concentración en los partidos.
LESIONES Y UNA SANCIÓN
Las complicaciones físicas también marcaron el camino de Brooksby. En marzo de 2023, tuvo que someterse a una cirugía en su muñeca izquierda, que había estado afectada por dos años.
Después de una breve recuperación, la misma lesión en su muñeca derecha lo obligó a pasar nuevamente por el quirófano. A pesar de las expectativas, las lesiones no fueron el único revés en su carrera.
En julio de 2023, la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA) suspendió a Brooksby por no haber cumplido con tres controles antidoping en un periodo de 12 meses.
La sanción de 18 meses, que lo deja fuera de las canchas hasta enero de 2025, fue motivo de controversia. Brooksby apeló, argumentando «fallos de comunicación», y su defensora, Wagner, explicó cómo el autismo afectó su capacidad para tomar decisiones. Como resultado, la sanción fue reducida.
EL REGRESO Y NUEVAS METAS
Tras una recuperación física adicional y la necesidad de reorganizar su equipo, Jenson Brooksby se prepara para su regreso en enero de 2025.
Participará en un Challenger en Canberra antes de ingresar al cuadro principal del Australian Open. Usará su ranking protegido debido a las lesiones y la sanción.
Su objetivo es claro. «Convertirme en un mejor jugador», señala el estadounidense, quien, a pesar de los obstáculos, sigue siendo una de las grandes promesas del tenis estadounidense.
Brooksby ha aprendido a lidiar con sus desafíos personales, y con una mentalidad renovada, se dispone a retomar su carrera. El tenis tiene una nueva oportunidad para brillar con uno de sus talentos más complejos y fascinantes.