En su tradicional indulto de Navideño a presos, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, otorgó el perdón a reclusos en condición de vulnerabilidad, pero excluyó explícitamente a a los condenados por crímenes contra el Estado Democrático de Derecho, como es el caso de los golpistas que buscaron derrocarlo el 8 de enero de 2023, una semana después de haber asumido su tercer mandato.
Es una tradición prevista en la Constitución brasileña, que permite el perdón total de penas bajo los criterios establecidos por el presidente en un decreto anual.
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De acuerdo con el decreto ahora publicado en el Diario Oficial, también fue negado para líderes de organizaciones criminales y para los presos que hayan cometido crímenes como tortura, terrorismo, racismo, lavado de dinero, ocultación de bienes o que estén tras las rejas por delitos sexuales.
Asimismo, este año, se introdujo en el decreto de Lula una novedad que impide el indulto a condenados por abuso de autoridad. Tampoco podrán acceder al perdón quienes hayan cometido delitos contra la administración pública.
SÍ FUERON INDULTADOS
En cambio, sí se concedió a mujeres embarazadas -especialmente las de alto riesgo-, madres y abuelas condenadas por crímenes “sin grave amenaza” que comprueben que son esenciales para garantizar el cuidado de menores de hasta 12 años, y personas con discapacidades o enfermedades graves, como cáncer y VIH en etapa terminal, informaron fuentes oficiales.
También, acogerá a detenidos con “trastorno del espectro autista severo”, a presos parapléjicos, tetrapléjicos y ciegos, y a personas mayores de 60 años que hayan cumplido una parte de su condena.
Asimismo, incluye a condenados por crímenes “sin violencia o grave amenaza” que cumplan, hasta el 25 de diciembre de 2024, por lo menos un quinto de la pena, si no son reincidentes, o un cuarto, si lo fueron.
Este año el perdón no contempla penas “accesorias”, como multas.