La Navidad en los territorios palestinos está marcada por el conflicto y la crisis humanitaria.
En Belén, el turismo desapareció, dejando una ciudad sin adornos ni celebraciones.
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En Gaza, millones enfrentan el invierno en condiciones extremas, sin refugio seguro ni recursos básicos, mientras las consecuencias de la guerra siguen devastando a la población.
UNA BELÉN DESOLADA
Por segundo año consecutivo, Belén, en Cisjordania, pasará la Navidad bajo el impacto de un conflicto prolongado.
La tradicional plaza del Pesebre permanece sin luces, guirnaldas ni el icónico árbol de Navidad.
El turismo, que sustentaba al 70% de su economía, se ha colapsado, cayendo de 2 millones de visitantes en 2019 a menos de 100.000 en 2024.
El alcalde Anton Salman señala que el desempleo en la ciudad supera el 50%, mientras las familias emigran en masa debido a la falta de trabajo y las restricciones impuestas tras los ataques de Hamás en 2023. “La ciudad está perdiendo a sus habitantes”, lamentó Salmán.
EL INVIERNO AGRAVA LA CRISIS EN GAZA
En la Franja de Gaza, la situación es aún más crítica. La ONU estima que el 90% de la población ha sido desplazada, con millas viviendo en tiendas de campaña bajo temperaturas de 4 °C o menos.
La falta de alimentos, agua potable y medicamentos agrava la crisis humanitaria, mientras Naciones Unidas advierte sobre un posible aumento de enfermedades y desnutrición este invierno.
Shadia Aiyada, desplazada de Rafah, describe la desesperación: “El viento levanta las tiendas de campaña, tememos que se caigan mientras dormimos”.
Reda Abu Zarada, otra desplazada, relata cómo los adultos abrazan a los niños por las noches para protegerlos del frío. “Nos despertamos helados, temiendo encontrar a uno de los niños muertos de frío”, confesó.
ASISTENCIA BLOQUEADA
Aunque la UNRWA ha distribuido más de 6.000 tiendas de campaña, gran parte de la ayuda humanitaria sigue retenida por trabajos burocráticos.
Israel asegura colaborar con la distribución, pero las organizaciones denuncian retrasos significativos.
La guerra, que ha cobrado más de 45.000 vidas palestinas, sigue devastando Gaza y Cisjordania, dejando una Navidad marcada por la pérdida y la incertidumbre en los territorios palestinos.
En Belén no hay alegría navideña: Falta el árbol de Navidad, no hay turistas e incluso la basílica de la Natividad está vacía de peregrinos. Todo está cerrado y la ciudad parece estar en estancada. pic.twitter.com/ct1MPTrfLu
— UNRWA.es (@UNRWAes) December 24, 2024