El Gobierno de Estados Unidos comenzó este miércoles el despliegue de 1.500 efectivos militares en la frontera con México, en cumplimiento de la orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump.
Esta iniciativa busca reforzar la seguridad en la zona y combatir la inmigración irregular y el tráfico ilícito.
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En ese sentido, Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, destacó que esta medida responde a un compromiso asumido durante la campaña presidencial. «El pueblo estadounidense esperaba este momento», declaró.
Además, el Pentágono informó que las tropas desempeñarán labores de apoyo logístico y administrativo, como mantenimiento de vehículos y entrada de datos, además de proporcionar transporte aéreo militar para la deportación de migrantes.
DESPLIEGUE MILITAR
Este despliegue en la frontera con México se suma a los 6.700 efectivos ya presentes, entre militares en activo y reservistas de la Guardia Nacional, lo que representa un incremento significativo desde que Trump asumió el cargo.
Según Robert Salesses, secretario de Defensa en funciones, estas acciones son solo el inicio de un plan más amplio para lograr un control operativo total de la frontera sur.
Trump también evaluará en los próximos 90 días invocar la Ley de Insurrección de 1807, lo que permitiría a las tropas realizar tareas policiales. Actualmente, leyes como la Posse Comitatus de 1878 limitan las funciones de los militares en territorio nacional.
La medida ha generado polémica, especialmente por su impacto en los derechos de los migrantes y el uso de recursos militares para objetivos internos. No obstante, la administración Trump defiende la acción como una prioridad para garantizar la seguridad nacional.