El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, redobló su ofensiva contra el acceso al aborto, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, en un mensaje dirigido a decenas de miles de activistas antiaborto reunidos en Washington durante la 52ª edición de la «Marcha por la Vida».
Entre sus medidas más significativas, revocó órdenes ejecutivas de su predecesor, Joe Biden, que ampliaban el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.
En el ámbito internacional, Trump reinstauró la Política de Ciudad de México de 1984, conocida como la «norma mordaza global».
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Esta medida prohíbe que organizaciones no gubernamentales extranjeras utilicen fondos estadounidenses para ofrecer servicios relacionados con el aborto o para defender este derecho.
Asimismo, el gobierno de Trump volvió a adherirse a la Declaración del Consenso de Ginebra, una alianza internacional que se compromete a proteger «la vida en todas las etapas».
«Protegeremos los avances históricos que hemos alcanzado y detendremos el impulso demócrata radical por un derecho federal al aborto ilimitado», declaró Trump en un video grabado mientras visitaba zonas afectadas por desastres naturales.
RECHAZO A DECLARACIONES
Estas medidas se condenaron por grupos defensores de derechos reproductivos, quienes las calificaron como «ataques directos a la salud y los derechos humanos».
Además, la marcha en Washington generó controversia por la presencia de grupos supremacistas blancos, cuya participación fue rechazada por algunos manifestantes.
El movimiento «provida» ha consolidado importantes victorias desde la histórica revocación del fallo Roe vs. Wade en 2022, facilitada por la designación de tres jueces conservadores en la Corte Suprema durante el primer mandato de Trump.
Con estas acciones, el expresidente refuerza su posición como un líder clave del movimiento «provida», marcando un giro en las políticas de derechos reproductivos tanto a nivel nacional como global.