El Manchester United atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. En medio de una crisis deportiva con un rendimiento por debajo de las expectativas bajo el mando de Ruben Amorim, el club enfrenta también serios problemas económicos que están afectando la estructura interna y la moral tanto de jugadores como de empleados.
LA CRISIS DEPORTIVA
El equipo se encuentra en la parte baja de la tabla de la Premier League (15°), lo que ha dejado a Ruben Amorim bajo una gran presión. El entrenador portugués no ha logrado los resultados esperados, y sus declaraciones sobre el actual rendimiento del equipo no dejan lugar a dudas: se considera a este equipo como «el peor Manchester United de la historia».
Mientras la situación deportiva no mejora, el club se ve obligado a tomar medidas drásticas para recortar los gastos operativos. Según The Sun, una de las decisiones más polémicas ha sido la reducción de las opciones de comida en el comedor del equipo, limitando los almuerzos a opciones básicas como sopa y sándwiches, con excepción de los jugadores del primer equipo.
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Los entrenadores y analistas también fueron incluidos en los recortes, lo que ha generado malestar entre el personal.
Otro recorte que causó gran revuelo fue el hecho de que los jugadores sub 18 no pudieron disputar su partido de la FA Youth Cup en el icónico Old Trafford. El encuentro se jugó en el Leigh Sports Village, un estadio mucho más pequeño y con una capacidad de solo 12.000 personas.
Esta medida permitió al club ahorrar cerca de 8.000 libras esterlinas (poco más de 9 millones 500 mil pesos). Pero, fue vista como un golpe a la moral de los jóvenes futbolistas y a la tradición del club.
DESPIDOS Y UNA CRISIS QUE NO CESA
Desde la llegada de Jim Ratcliffe como propietario en febrero pasado, el club ha implementado severos recortes en varias áreas. Más de 250 empleados han perdido sus puestos de trabajo, y se espera que la cifra siga aumentando. Ratcliffe ha justificado estas medidas como parte de un esfuerzo por solventar la delicada situación económica de la institución.
La situación económica del club también es alarmante. Según The Athletic, el Manchester United tiene una deuda de 360 millones de euros. De ellos, 200 millones deben ser pagados en 2026 bajo el riesgo de sufrir sanciones. La resta de puntos en la Premier League o, en el peor de los casos, el descenso, son algunos.
Estos problemas financieros se suman a una pérdida neta superior a los 600 millones de euros en los últimos cinco años debido a los balances negativos en las transferencias de jugadores.
A pesar de la crisis económica, el club desembolsó 30 millones de euros en enero para fichar al lateral Patrick Dorgu. Lo que generó más dudas sobre las prioridades del club en su actual momento de crisis. Además, los jugadores de la cantera, como Alejandro Garnacho y Kobbie Mainoo, podrían ser vendidos en el futuro para aliviar la situación financiera del club.
El presente del Manchester United es incierto. Los recortes de personal, las dificultades económicas, y el pobre rendimiento deportivo han creado un escenario en el que el futuro del club está en juego.
