En un nuevo movimiento que genera preocupación en los medios de comunicación, la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció nuevas restricciones para los periodistas que cubren las actividades de la Casa Blanca.
Entre las nuevas reglas, la vocera Karoline Leavitt informó que será el propio Gobierno quien decida quien puede hacer preguntas a Trump.
Esa decisión antes era tomada por la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA, por sus siglas en inglés).
Leavitt detalló que, «a partir de ahora, el equipo de prensa de la Casa Blanca determinará quién integra el ‘pool’ de la prensa».
WATCH: The White House announced that it would take over which outlets are allowed into the press pool covering the president, wrestling such control from the White House Correspondents’ Association. https://t.co/SGowFXvLHQ pic.twitter.com/A5edoPnurj
— The Hill (@thehill) February 25, 2025
Autoridades afirman que el fin es «modernizar y diversificar» el grupo de periodistas que cubren al presidente.
POOL DE PRENSA
El «pool» es el grupo que tradicionalmente cubre las actividades del primer mandatario en el Despacho Oval, el avión presidencial Air Force One u otras instancias.
Por lo general, está conformado por 13 o 14, siendo su límite 20, trabajadores de la prensa de distintos tipos de medios.
La selección siempre ha sido responsabilidad de la WHCA, fundada en 1914 para poner fin a la idea del Congreso de decidir quienes podían cubrir a Woodrow Wilson (1913-1921).
La nueva medida, que aún debe concretarse, llega en un contexto de tensiones crecientes entre la administración y los medios de comunicación, especialmente por lo ocurrido con la Associated Press.
El equipo de Trump prohibió a la agencia integrar el «pool», luego de adoptar la decisión de seguir llamando al Golfo de México como se conoce y no «Golfo de América» como ordenó Trump.
Esto le mereció una demanda al gobernante actual por considerar que viola el derecho a la libertad de prensa establecido en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
Sin embargo, el juez de distrito Trevor McFadden, designado por Trump en 2017, dictaminó que la AP no había demostrado que el Gobierno haya ocasionado un daño irreparable, aunque instó a la Casa Blanca a reconsiderar su prohibición.
Por su parte, Charles Tobin, abogado de la AP, informó que la agencia seguirá defendiendo la independencia periodística y acusó a la Casa Blanca de realizar un «ataque selectivo» contra la prensa.
Estas nuevas acciones son consideradas un nuevo acto restrictivo en contra de los medios de comunicación, y atentado a la libertad de prensa, libertad de información y libertad de expresión.