El presidente chino, Xi Jinping, participó en la sesión inaugural de la Asamblea Popular Nacional (APN) en el Gran Salón del Pueblo en Beijing el 5 de marzo de 2025. Durante el evento, el Gobierno ratificó su objetivo de crecimiento económico para este año, a pesar de la creciente incertidumbre global y las tensiones comerciales con Estados Unidos.
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El informe presentado en la Asamblea señala que «un entorno externo cada vez más complejo y severo puede impactar a China en áreas clave como el comercio, la ciencia y la tecnología. A nivel interno, la base para la recuperación económica no es lo suficientemente sólida, con una demanda efectiva débil y un consumo lento». Aunque el informe no establece un número fijo, sitúa el crecimiento estimado «alrededor del 5%».
Si se cumple esta previsión, China repetiría el crecimiento de 2024, cuando la economía enfrentó dificultades debido a la débil demanda interna y externa. No obstante, el Fondo Monetario Internacional estima un crecimiento del 4,6% para China en 2025, mientras que analistas encuestados por la agencia AP proyectan un 4,8%.
DESAFÍOS COMERCIALES Y RESPUESTA DE BEIJING
El primer ministro Li Qiang enfatizó en la Asamblea la necesidad de estimular la demanda interna y mitigar los efectos de las crecientes restricciones comerciales impuestas por Washington. Desde el 4 de marzo, Estados Unidos ha impuesto un arancel del 20% sobre productos chinos, justificándolo por la supuesta participación de China en la ruta del fentanilo hacia territorio estadounidense.
Estos nuevos aranceles se suman a los ya vigentes desde la administración de Joe Biden, que incluyen impuestos del 100% sobre vehículos eléctricos, 50% sobre paneles solares y chips, y 25% sobre acero y aluminio. Las medidas se intensificaron con los recientes ajustes de la administración de Donald Trump, vigentes desde el 4 de febrero.
ESTRATEGIA ECONÓMICA Y GASTO EN DEFENSA
A pesar de la desaceleración del sector inmobiliario y el menor gasto de los consumidores, China ha descartado aplicar medidas drásticas de estímulo. En su lugar, opta por una «política fiscal más proactiva», con un incremento en el déficit presupuestario del 3% al 4% del PIB y la emisión de 180.000 millones de dólares en bonos a «ultra largo plazo» para financiar iniciativas de reactivación económica.
Otro punto clave del plan económico es el aumento del 7,2% en el gasto militar, alcanzando los 245.000 millones de dólares. Este presupuesto consolidaría a China como la segunda mayor potencia militar en términos de gasto, solo por detrás de Estados Unidos. La decisión refleja las prioridades estratégicas de Beijing en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y competencia tecnológica.
En la sesión también se anunció un objetivo de inflación del 2% para 2025, inferior al 3% previsto en 2024, que no se cumplió debido a presiones deflacionarias.
China enfrenta un desafiante panorama económico y comercial en 2025, pero su Gobierno mantiene el optimismo respecto al crecimiento del PIB, apostando por una mayor demanda interna y una estrategia fiscal más activa para contrarrestar las restricciones impuestas por Estados Unidos.
La #AperturaMercados de @Renta4 destaca hoy que #China ha iniciado el 14º Congreso del #PartidoComunista en el que se fijarán los objetivos oficiales de crecimiento del #PIB para 2025 (del +5% por tercer año consecutivo) https://t.co/DPEt8AiuIc pic.twitter.com/7DwXbhIlOe
— Consenso del Mercado (@consensomercado) March 5, 2025