Internacional

Cómo los BRICS buscan contrarrestar los aranceles de Trump

Editado de agencias y medios internacionales por Cristian Navarro H.

Periodista

BRICS
A pesar de sus diferencias, los BRICS tienen claro que la unión fortalece su influencia global.

Desde su retorno a la Casa Blanca, Donald Trump ha vuelto a utilizar los aranceles como herramienta de presión en política exterior. En su primer día en el Despacho Oval, amenazó con imponer tarifas del 100% a los países BRICS. En una declaración confusa, incluso mencionada erróneamente a España como parte del grupo, un error geopolítico que refleja su ya conocida falta de precisión en estos temas.

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A pesar de estos desaciertos, los BRICS han decidido responder reforzando su alianza. Brasil, que ostenta la presidencia rotatoria del bloque en 2025, dejó claro su posicionamiento a través de su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. «El aumento del proteccionismo subraya la necesidad de medidas que permitan superar los desafíos económicos de los países en desarrollo», afirmó Lula durante la reunión de los representantes del grupo en Brasilia, en preparación para la cumbre de julio.

ARANCELES Y ESTRATEGIAS ALTERNATIVAS

Trump ha amenazado con aplicar aranceles del 100% o incluso del 150% a las importaciones de los BRICS si persisten en su idea de desarrollar una moneda común para reducir la dependencia del dólar, una propuesta surgida en la cumbre de Sudáfrica en agosto de 2023. Sin embargo, los avances en este sentido han sido limitados, ya que China e India han expresado reservas sobre el proyecto. En su lugar, el bloque ha optado por fomentar el comercio en monedas locales, una estrategia que Lula reiteró en el foro de Brasilia.

Esta alternativa tiene precedentes exitosos. Según el investigador Mehdi Hussain, del Consejo Indio de Asuntos Mundiales, muchos países del grupo han buscado esquemas que reduzcan su vulnerabilidad ante las sanciones de Washington. Un ejemplo es el acuerdo entre India e Irán, mediante el cual Nueva Delhi paga el petróleo y gas iraní en riales, mientras que Teherán liquida sus compras de productos indios en rupias, evitando así las restricciones impuestas por EE.UU. De manera similar, China ha desarrollado un sistema de pagos alternativo al SWIFT, el cual ha sido utilizado por Rusia para sortear sanciones.

«La cooperación entre los BRICS, particularmente entre India, China, Rusia, Brasil e Irán, se ha fortalecido en los últimos años con el objetivo de mitigar el impacto de las medidas comerciales de EE.UU., sin desafiar directamente las instituciones financieras internacionales», explica Hussain. «Se trata de construir una nueva arquitectura económica global más equitativa y estable», añade. Sin embargo, el dólar sigue dominando el 88% de las transacciones internacionales, según el Banco de Pagos Internacionales.

DESAFÍOS INTERNOS Y DIFERENCIAS ESTRATÉGICAS

A pesar de sus esfuerzos por actuar como un bloque unificado, los BRICS siguen siendo un grupo heterogéneo con posturas diversas hacia EE.UU.  Mientras Brasil promovía la unidad del grupo en Brasilia, Sudáfrica acogía en Ciudad del Cabo una reunión de ministros de Finanzas y Relaciones Exteriores del G-20, organización que preside este año. La ausencia de los representantes estadounidenses Marco Rubio y Scott Bessent en dicho encuentro evidencia las tensiones entre Washington y Pretoria, especialmente después de que Trump cortara la ayuda financiera a Sudáfrica en febrero, alegando expropiaciones de tierras y violaciones de derechos humanos contra los afrikáners.

El comercio también revela diferencias entre los países del bloque. Mientras que Brasil enfrenta un riesgo significativo con las sanciones al aluminio, India se ve más afectada por los aranceles del 25 % a los productos farmacéuticos.

En el caso de China, EE.UU. ya ha añadido un 10 % adicional a las tarifas de importación en casi todos sus productos desde el 4 de febrero. Las respuestas difieren significativamente: Pekín aplicó aranceles del 15 % al carbón y al gas natural licuado, además de un 10 % al petróleo ya la maquinaria agrícola, mientras que el primer ministro indio, Narendra Modi, adoptó un enfoque conciliador y viajó a Washington para negociar excepciones a los aranceles mediante acuerdos comerciales en defensa y energía.

UN BLOQUE CON PESO CRECIENTE

A pesar de sus diferencias, los BRICS tienen claro que la unión fortalece su influencia global. «La crisis del multilateralismo solo se soluciona con más multilateralismo», afirmó el ministro de Exteriores brasileño, Mauro Vieira, en el foro de Brasilia.

Uno de los próximos desafíos del grupo será la COP30, que se celebrará en noviembre en la ciudad amazónica de Belém. Lula ha enfatizado la importancia de presentar una postura común, especialmente en cuestiones de financiamiento climático.

El peso económico del bloque es innegable. Con la reciente incorporación de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Etiopía, Indonesia e Irán, el grupo cuenta ya con 11 miembros que representan el 39 % del PIB mundial en términos de paridad de poder adquisitivo y casi la mitad de la población global, según datos de 2023.

El concepto de los BRICS fue acuñado en 2001 por Jim O’Neill, economista jefe de Goldman Sachs, quien identificó a Brasil, Rusia, India y China como los mercados emergentes con mayor potencial. Formalizado como grupo en 2008, el bloque incorporó a Sudáfrica un año después y, más recientemente, ha otorgado el estatus de país asociado a Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda y Uzbekistán.

Mientras Trump refuerza su política de presión económica, los BRICS responden con una estrategia de cooperación que, aunque no exenta de desafíos, continúa consolidando su influencia en el orden global.

 

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