Un grupo de rebeldes armados tomó como rehenes a más de 450 pasajeros de un tren en la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán. Los milicianos hirieron al conductor al tomar el control del convoy en una zona montañosa y remota, fronteriza con Afganistán e Irán.
REIVINDICACIÓN DEL ATAQUE
El incidente ocurrió cerca de la estación de la ciudad de Sibi alrededor de las 13:00, hora local , cuando el tren de pasajeros Jaffar Express fue interceptado por hombres armados. «Más de 450 pasajeros son rehenes de hombres armados», informó Muhammad Kashif, un funcionario ferroviario en Quetta, capital de la provincia. Entre los secuestrados se encuentran mujeres y niños.
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El ataque fue reivindicado por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), el principal grupo separatista de la región. En un comunicado, el grupo advirtió sobre «graves consecuencias» en caso de que las fuerzas de seguridad intenten un rescate.
CONTEXTO Y REACCIONES
Las fuerzas de seguridad han declarado una emergencia en los hospitales de Sibi, mientras las autoridades evalúan opciones para la liberación de los rehenes. Un alto funcionario de la policía, que solicitó anonimato, confirmó que «el tren sigue detenido justo antes de un túnel rodeado de montañas, lo que complica la intervención».
El tren había partido de Quetta rumbo a Peshawar, en un viaje de más de 30 horas. Esta región ha sido escenario de enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y grupos insurgentes durante décadas. Los rebeldes acusan a las autoridades de permitir la explotación de recursos naturales por parte de empresas extranjeras sin que la población local se beneficie.
AUMENTO DE LA VIOLENCIA EN LA REGIÓN
La violencia en las regiones fronterizas occidentales de Pakistán ha escalado desde la llegada al poder de los talibanes en Afganistán en 2021. Según el Centro de Investigación y Estudios de Seguridad de Islamabad, más de 1.600 personas murieron en ataques en 2024, convirtiéndolo en el año más mortífero en casi una década.
El BLA ha intensificado sus ataques en los últimos meses. En febrero, sus militantes asesinaron a siete viajeros punjabíes tras obligarlos a descender de un autobús. En noviembre, el grupo reivindicó un atentado con bomba en la principal estación ferroviaria de Quetta, donde murieron 26 personas, incluidos 14 soldados.
Las autoridades paquistaníes enfrentan el desafío de negociar con los secuestradores mientras intentan evitar una escalada de violencia en la ya volátil región.