Jaime Brieba Quintana, investigador del caso Gervasio, expone a Está Pasando las pruebas claves que refuerzan la hipótesis de un homicidio político, descartando la versión del suicidio que durante años ha sido la versión oficial. Según Brieba, «las evidencias más determinantes que descartan la hipótesis del suicidio y que confirman que se trató de un homicidio son varias».
Entre los elementos más reveladores se encuentran los detalles físicos del cuerpo de Gervasio. «El cuerpo no había producido micción ni defecación», lo que resulta inexplicable en un supuesto suicidio, ya que, estando colgado, la fuerza de gravedad debería haber causado estos efectos naturales debido a la dilatación del esfínter.
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«Esto no sucedió», destaca Brieba a Está Pasando. También señala que la camisa de Gervasio estaba abrochada incorrectamente, lo que sugiere que fue vestido rápidamente. «Las marcas de arrastre en la espalda y un gran golpe cerca de su sien derecha indican intervención de terceras personas», afirma el investigador.
ÍNDOLE POLÍTICA
Además, Brieba señala a Está Pasando que hay testigos que afirman que el asesinato fue de índole política y que poseen nombres de los responsables.
«Existen personas de esa época que eran funcionarios de la policía que hasta el día de hoy dicen que fue suicidio, pero tienen frente a ellos evidencia de intervención de terceras personas y siguen faltando a la verdad», asegura.
MÚLTIPLES IRREGULARIDADES
El caso presenta múltiples irregularidades en la manipulación de las pruebas y la alteración del sitio del suceso. Según Brieba, «la alteración del sitio del suceso partió principalmente con el actuar sin guantes, lo que alteró todas las pruebas a su paso».
Un punto clave es la caída del muro de adobe, que según el investigador, «permitía medir correctamente que era imposible que Gervasio haya subido a ese muro para atentar contra su vida».
También cuestiona la manipulación de la cuerda sin guantes, lo que compromete la evidencia. «Un funcionario usó guantes, pero nadie más», asegura Brieba, añadiendo que nunca existió un protocolo adecuado para resguardar el sitio del suceso.
CONTRADICCIONES ENTRE CARABINEROS Y PDI
Las contradicciones entre Carabineros y la PDI también son evidentes. «El primer Carabinero que llegó al sitio del suceso indicó que la posición del cuerpo y de la cuerda no era la misma que cuando llegó», lo que sugiere una alteración de la escena.
Brieba también denuncia que el testimonio de un testigo, un camionero que vio cómo se bajaba el cuerpo de Gervasio, coincide con las versiones de funcionarios de investigación que manipularon el cadáver.
Uno de los puntos más fuertes de la investigación es la imposibilidad de que Gervasio haya realizado el nudo de la cuerda por sí mismo. Brieba explica a Está Pasando que «el nudo solo podía ser hecho con dos personas, ya que se necesitaba tensión hacia abajo». También critica el hecho de que la cuerda fuera manipulada por un funcionario sin guantes, lo cual alteró la evidencia.
FALTA DE DILIGENCIA
La falta de diligencia también se refleja en la exclusión del investigador del caso. «Nunca fui llamado a declarar, a pesar de haber reabierto la causa en 2013 por mi informe. Han pasado 12 años y nunca me llamaron», lamenta Brieba.
Además, subraya la necesidad de tomar declaración a los testigos que presenciaron el suceso, para demostrar que agentes del Estado cometieron el crimen y que se trata de un crimen de lesa humanidad.
«Esto no prescribe», enfatiza Brieba a Está Pasando, quien se basa en su experiencia como criminalista con más de 15 años de trayectoria para concluir que el caso fue premeditado. «Quisieron crear siempre la narrativa de que fue venganza por violaciones que supuestamente cometió Gervasio, pero eso es totalmente falso. El juez Lientur Escobar incluso indicó que una de las testigos de violación fue pagada para acusarlo».
Brieba explica que si se tratara de un homicidio común, la prescripción ya habría ocurrido, pero como agentes del Estado cometieron un crimen político, la justicia debe investigarlo y juzgarlo sin importar el tiempo transcurrido.
«Quiero destacar que, a pesar de las amenazas de muerte que he recibido en dos ocasiones, no tengo miedo. Mi único objetivo es que se haga justicia, y espero que, de alguna manera, se logre devolver los restos de Gervasio, que llevan ya 10 años en el SML. Es fundamental limpiar su imagen y permitirle descansar en paz, por fin, después de tanto tiempo de sufrimiento», concluye Brieba.