La caída en primera ronda del Masters 1000 de Montecarlo confirmó lo que ya parecía evidente: Jarry está en crisis. Nicolás Jarry, actual número 58 del ranking ATP, fue superado categóricamente por Grigor Dimitrov con un marcador de 6-3 y 6-4, extendiendo a cuatro su racha de derrotas consecutivas y dejando serias dudas sobre su rendimiento y confianza.
El partido mostró al chileno errático y sin la solidez que lo caracterizó en temporadas anteriores. Dimitrov, por su parte, aprovechó las oportunidades y se convirtió en el segundo tenista activo con más victorias en este torneo, solo por detrás de Novak Djokovic.
El tenista nacional, que hace no menos de un año se consolidaba como uno de los nombres más prometedores del tenis sudamericano, atraviesa hoy una de sus peores rachas desde que volvió al circuito tras su suspensión en 2020.
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¿QUÉ LE PASA A JARRY?
Más allá de los resultados, preocupa el nivel mostrado. Contra Dimitrov, Jarry no tuvo oportunidades de quiebre, cometió múltiples errores no forzados y se mostró lento y falto de respuestas tácticas. Su servicio, una de sus principales armas, no está marcando diferencias, y su juego de fondo carece de consistencia. A esto se suma una gira sobre arcilla que debería favorecerlo, pero que hasta ahora solo ha profundizado su mal momento.
Analistas apuntan a una combinación de factores: la presión por defender puntos, la carga física acumulada, y una posible desconexión mental con el juego. “Cuando un jugador entra en una racha así, se pierde confianza y eso afecta cada decisión en la cancha”, señaló el periodista especializado Sebastián Varela.
El calendario tampoco da respiro. Se vienen torneos clave como Barcelona, Madrid y Roma, donde Jarry deberá encontrar respuestas antes de llegar a Roland Garros, uno de sus grandes objetivos del año. La superficie es la adecuada, pero la falta de ritmo competitivo y mentalidad ganadora podrían pasarle la cuenta.