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Fallece Hugo Orlando Gatti, leyenda del fútbol argentino

Por Allan Santander

Periodista

Hugo Orlando Gatti
Hugo Orlando Gatti (Foto: Redes Sociales)
Murió Hugo Orlando Gatti a los 80 años. Ídolo excéntrico, innovador y carismático, dejó una huella imborrable en el fútbol argentino.

El fútbol argentino despidió a uno de sus personajes más vibrantes. Hugo Orlando Gatti, el mítico arquero apodado “el Loco”, murió el pasado domingo a los 80 años tras más de dos meses internado en terapia intensiva en el hospital Pirovano.

Estaba en coma farmacológico y padecía neumonía, insuficiencia cardíaca y renal, secuelas de una fractura de cadera que derivó en una infección. Sus restos serán velados este lunes en la Legislatura porteña, desde las 10 de la mañana.

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DE CARLOS TEJEDOR AL MUNDO

Nacido el 19 de agosto de 1944 en Carlos Tejedor, Buenos Aires, Hugo Orlando Gatti llegó a la gran ciudad con una mezcla de asombro y ambición. En sus inicios en Atlanta, fue cobijado por Carlos Griguol y Luis Artime.

“El Loco” era tímido fuera de la cancha, pero cuando se ponía la vincha y salía al campo, se transformaba. Su repertorio de locuras e intuición futbolera era puro espectáculo: “la de Dios”, esa tapada milagrosa en los mano a mano, quedó inmortalizada.

Debutó en primera el 5 de agosto de 1962. Tenía 17 años y Atlanta perdió 2-0 con Gimnasia. Pocos imaginaban que ahí nacía una leyenda que jugaría 26 años más.

IDA, VUELTAS Y VINCHAS

En River convivió con la sombra de Amadeo Carrizo, a quien luego reconocería como su espejo. Sus excentricidades y una camiseta de rugby azul y amarilla firmaron su salida. En 1969 recaló en Gimnasia, donde encontró libertad para desplegar su estilo único. Se animó hasta a protagonizar una publicidad de ginebra en pleno partido, revolucionando la imagen del futbolista.

En 1975 pasó a Unión de Santa Fe. Un año después llegó su momento soñado: firmó con Boca Juniors, el club de sus amores. Allí alcanzó la cima. “Cuanto más conozco a la gente, más quiero a Lorenzo”, diría tras la partida del Toto, su técnico ideal.

BOCA, EL ESCENARIO PERFECTO

Con la azul y oro fue figura clave en títulos históricos. En 1976, atajó como nunca ante la URSS con la Selección, y luego fue vital en la consagración ante River. En 1977, se metió en la eternidad con el penal que le contuvo a Vanderlei en la final de la Libertadores.

Fue también pionero en lucir sponsor propio: JET, en una camiseta que ya era leyenda. La relación con los hinchas tuvo altibajos. En 1988, una mala salida ante Deportivo Armenio selló su destino. El técnico Pastoriza lo reemplazó y nunca más volvió a jugar.

EL PERSONAJE ETERNO

Tras su retiro, el mito siguió creciendo. Jugó picados en Palermo, criticó sin filtro desde la televisión y generó polémica incluso desde España, donde vivió sus últimos años.

Murió “el Loco”, pero quedó su legado: haber convertido al arquero en artista. “Quereme así, piantao, piantao, piantao…”, decía la balada. Y sí, Hugo Orlando Gatti fue eso: un loco inolvidable.

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