Habitualmente, la entrega de un fallecido por parte del Servicio Médico Legal (SML) se concreta entre 24 y 48 horas después de iniciado el trámite para su retiro. Esto, siempre que no se trate de casos complejos, cuya investigación requiere más tiempo.
Así lo dicta la norma, sin embargo no todos los casos siguen ese curso. De hecho, hay personas que, por diversas razones, nunca son reclamadas.
Según el último informe que el SML entregó al Senado, al 31 de diciembre de 2024 había 255 cuerpos en esta condición, aún permaneciendo en las dependencias del servicio.
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RETIRO DE FALLECIDOS EN EL SML
Iván Pávez , subdirector médico (s) del SML, explicó a La Tercera que algunos de los factores que inciden en esta situación son las circunstancias de la muerte, lo que dificulta que alguien reclame el cuerpo.
«Un buen número de las personas que ingresan a los servicios está relacionado con muertes violentas. Muchas de ellas involucran a personas que probablemente viven sin una red de apoyo familiar, viven solas.
Por lo tanto, cuando fallecen no se tienen los medios de contacto a través de la policía o los servicios de investigación para comunicárselo a algún cercano».
Entre el SML y la Fiscalía se establece un plazo razonable para que familiares o cercanos realicen la reclamación del cuerpo. Sin embargo, no siempre se logra. Algunos casos se extienden por periodos considerablemente largos.
De acuerdo a datos entregados por el propio organismo, hay cuerpos que llevan más de mil días sin ser reclamados. Esto, pese a que se han agotado las gestiones para contactar a alguien que pudiera hacerse cargo.
¿QUÉ OCURRE CON LOS CUERPOS?
El Servicio Médico Legal, en coordinación con la Fiscalía, inicia un proceso destinado a su identificación y eventual entrega. Sin embargo, no todos logran ser reconocidos.
En detalle, de los 255 fallecidos que no han sido reclamados, 69 permanecen sin identificar. Mientras tanto, los cuerpos se mantienen en custodia del SML, aunque no de forma indefinida.
Cuando se agotan todas las vías posibles para dar con su identidad o con algún familiar que los reclame, se puede proceder a su sepultación, previa autorización judicial.