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Papa Francisco: pasión, fe y fútbol hasta el final

Por Allan Santander

Periodista

Papa Francisco
Papa Francisco (Foto: X / @SanLorenzo)
Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, murió a los 88 años. Fue mucho más que el líder de la Iglesia: fue también un hincha de alma azulgrana, fiel a San Lorenzo hasta su último día.

“Que gane San Lorenzo”. Así respondió el papa Francisco en 2013, cuando un periodista argentino le pidió una bendición para el país. No fue una frase al azar. Era la síntesis de una vida cruzada por la fe y por la pasión futbolera.

Este lunes, a las 7:35 de la mañana en el Vaticano, falleció Jorge Mario Bergoglio a los 88 años. Y con él, el fútbol perdió a su hincha más ilustre. Socio número 88.235 desde 2008 y fanático incondicional de San Lorenzo desde niño, el Papa nunca escondió su amor por el Ciclón, al punto de seguir pagando su cuota de socio incluso después de asumir el papado.

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EL CICLÓN DE SU INFANCIA

Todo comenzó en 1946. Con solo nueve años, Bergoglio pisó por primera vez el viejo estadio Gasómetro junto a su padre, ferroviario y también fanático azulgrana. Aquella temporada, San Lorenzo fue campeón con una delantera legendaria: El Trío de Oro, formado por Armando Farro, René Pontoni y Rinaldo Martino. El Papa nunca los olvidó.

“La Chancha bajó la pelota de pecho, amagó entre dos, y pateó cruzado… fue un gol como para pasarlo en el Colón”, recordó alguna vez sobre un tanto de Pontoni.

Aunque dejó de ver televisión en 1990, eso no le impidió seguir a su equipo desde el Vaticano. “Un guardia suizo me pasa los resultados”, confesó con humor. Incluso durante la final de la Copa Libertadores 2014 —la primera y única en la historia del club—, pidió a sus colaboradores que le informaran cada jugada… ¡mientras volaba hacia Corea del Sur!

Esa copa, que tanto soñó, llegó como una bendición. El club viajó hasta el Vaticano para entregarle una réplica del trofeo y una camiseta con una aureola sobre el escudo. “Son unos caraduras”, bromeó al recibirla.

En 2009, siendo aún arzobispo de Buenos Aires, visitó la pensión de San Lorenzo y confirmó a varios juveniles. Uno de ellos era Ángel Correa, quien años después integró el plantel campeón de América y se convirtió en campeón del mundo con Argentina.

“Al tiempo me enteré de que el tipo que me había confirmado era el Papa; no lo podía creer”, relató el futbolista.

FE, FÚTBOL Y FIDELIDAD

Francisco llevó al Vaticano su identidad de hincha. En cada audiencia, cada entrevista, el fútbol encontraba un espacio. Para él, el juego reflejaba valores profundos: solidaridad, humildad y trabajo en equipo.

“De niño me gustaba el fútbol, pero era lo que en Argentina llaman pata dura. Por eso siempre me hacían jugar de arquero”, dijo en una entrevista, con la sinceridad de quien jamás perdió el vínculo con sus raíces.

En Boedo, los hinchas de San Lorenzo son conocidos como “cuervos”, apodo que proviene de su origen salesiano. Y no hay cuervo más emblemático que Francisco. Aun desde la eternidad, su legado sigue vivo.

El Papa Francisco no solo dejó huella en la historia de la Iglesia, también la dejó en el alma de un club y su gente. Porque si hay algo que Francisco demostró hasta el final, es que la fe y el fútbol pueden caminar juntos.

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