Internacional

Un centenar de universidades condenan la “interferencia política” de Trump

Por Allan Santander

Periodista

universidades trump
Personas manifestándose (Foto: EFE / Sarah Yenesel)
Más de 100 instituciones académicas, incluyendo Harvard, Yale, Princeton y Columbia, denuncian presiones políticas sin precedentes por parte del gobierno de Trump y exigen respeto a su autonomía.

El conflicto entre la Casa Blanca y el mundo académico escaló como nunca antes. En un acto de unidad poco común, más de cien universidades y asociaciones educativas, incluidas Harvard, Yale, Princeton y Columbia, firmaron una dura declaración en defensa de su autonomía y contra las presiones políticas de la administración Trump.

El detonante fue la decisión del gobierno federal de congelar más de 2.200 millones de dólares en fondos destinados a investigación en Harvard. La universidad respondió con una demanda que expuso lo que calificó como una “intrusión sin precedentes” del poder ejecutivo en la vida universitaria.

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«NOS PRONUNCIAMOS AL UNÍSONO»

“Hablamos con una sola voz contra la extralimitación gubernamental sin precedentes y la interferencia política que ahora pone en peligro la educación superior estadounidense”, dice la carta difundida este martes.

El documento está respaldado por la Asociación Americana de Colegios y Universidades y lo firman decanos, directores y líderes de instituciones como la American University, Boston University, Rutgers y Vassar College.

La misiva advierte que “el precio de limitar las libertades que definen la educación superior estadounidense lo pagarán nuestros estudiantes y nuestra sociedad”.

DEMANDA JUDICIAL

El lunes, Harvard presentó una demanda formal contra la administración Trump por el bloqueo de sus fondos federales, destinados principalmente a investigación médica, científica y tecnológica. Según la universidad, las razones del congelamiento no tienen sustento lógico y representan una amenaza directa a la innovación y el liderazgo global de Estados Unidos.

La Casa Blanca justificó su accionar acusando a la universidad de permitir actos antisemitas en el campus y exigió cambios radicales en su política interna, incluyendo auditorías ideológicas, controles sobre el activismo estudiantil y una revisión de los estudiantes internacionales.

TRUMP APUNTA A LA «IZQUIERDA»

Donald Trump ha redoblado sus ataques hacia lo que denomina “la élite educativa izquierdista”. Según el mandatario, varias universidades han perdido el rumbo y fomentan discursos contrarios a los valores estadounidenses.

En respuesta, su administración planteó medidas extremas: desde restricciones a la admisión de estudiantes extranjeros hasta la posible revocación del estatus fiscal exento de algunas instituciones.

Algunas universidades, como Columbia, han cedido parcialmente ante estas exigencias. Otras, como Harvard, eligieron el camino judicial.

«AUTONOMÍA BAJO AMENAZA»

En una carta dirigida a la comunidad educativa, el presidente de Harvard, Alan Garber, manifestó que “defendemos la verdad de que las universidades de todo el país pueden abrazar y honrar sus obligaciones legales y cumplir mejor con su papel esencial en la sociedad sin una intrusión gubernamental indebida”.

Garber recordó que las universidades deben seguir siendo “faros de excelencia académica y libertad de expresión”. Según él, aceptar las condiciones impuestas por el gobierno implicaría renunciar a principios fundamentales de la educación superior.

El corte de fondos golpea directamente a cientos de proyectos científicos clave, desde investigaciones biomédicas hasta desarrollo tecnológico. Harvard advirtió que esta medida pone en riesgo no solo a los investigadores y estudiantes, sino al futuro mismo del avance científico en el país.

La universidad también alertó que este conflicto podría sentar un precedente peligroso para la relación entre el Estado y las instituciones educativas.

«INTROMISIÓN INDEBIDA»

Aunque las universidades firmantes de la carta contra Trump aseguran estar dispuestas a dialogar y aceptar “reformas constructivas” y “supervisión legítima”, también dejaron claro que no aceptarán coerciones políticas.

“Estamos abiertos a una reforma constructiva y no nos oponemos a la supervisión gubernamental legítima. Sin embargo, debemos oponernos a la intromisión indebida del Gobierno en la vida de quienes estudian, viven y trabajan en nuestros campus”, sostiene el texto.

¿Qué opinas sobre esta carta enviada por las universidades estadounidenses y comunidades educativas contra la administración Trump?

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