A pocos meses de las elecciones presidenciales de noviembre, las encuestas Pulso Ciudadano y La Cosa Nostra evidencian un panorama fragmentado, con liderazgos aún débiles y un considerable porcentaje de la ciudadanía que no se siente representado por los actuales candidatos.
Según Pulso Ciudadano, Evelyn Matthei (Chile Vamos) encabeza las menciones espontáneas con un 22,8%, seguida por José Antonio Kast (Partido Republicano) con un 14,7%. Más atrás aparecen Carolina Tohá (PS) con 8%, Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario) con 7,3%, y Michelle Bachelet con 6,4%, a pesar de que ha reiterado que no será candidata.
Otros nombres como Gonzalo Winter (4,8%) y Jeannette Jara (4%) también figuran, aunque las cifras reflejan un escenario de baja consolidación.
Lea también: Pulso Ciudadano: Matthei lidera preferencias pese a caída y Kast se acerca
En paralelo, La Cosa Nostra sitúa a Carolina Tohá liderando en primera vuelta con un 39% de apoyo, seguida de Matthei con 23% y Kaiser con 21%. En eventuales balotajes, Matthei vencería a cualquier carta oficialista, mientras que Tohá superaría a Kaiser.
ALTA INDECISIÓN Y DISTORSIÓN
Un fenómeno que preocupa a los analistas es la alta proporción de personas que declara no saber por quién votar (entre un 9% y un 39%, según los estudios) o que no se identifica con ninguno de los candidatos.
Además, la inclusión en las encuestas de figuras que han manifestado explícitamente que no competirán, como Michelle Bachelet, Tomás Vodanovic o Claudio Orrego, introduce una distorsión en las mediciones de opinión.
En conversación con Está Pasando, el analista político Patricio Gajardo explicó que este fenómeno tiene una raíz en el reconocimiento de nombres, más que en un apoyo real:
«Si se hace una pregunta abierta sobre a quién le gustaría que fuera candidato presidencial, hay gente que señala nombres conocidos aunque no participen realmente. No tiene mayor efecto, porque a medida que avance la campaña y se confirme que no están en la papeleta, esas menciones irán desapareciendo», sostiene.
«¿QUÉ EXPLICA ESTE ESCENARIO?»
El panorama refleja un alto nivel de desafección ciudadana, desconfianza hacia las figuras políticas tradicionales y una creciente distancia entre la oferta electoral y las expectativas de la población.
En ese sentido Gajardo profundizó en las razones de este fenómeno:
«Hay un porcentaje importante de personas que no están involucradas en el acontecer político permanente. Incluso quienes tienen interés en política no viven la elección en el día a día. A eso se suma un hastío por problemas como la violencia o la situación económica, lo que lleva a muchos a desconectarse y manifestar que no saben por quién votar, que votarán nulo o en blanco», indicó.
Además, advirtió que la sensación de lejanía respecto a la elección responde también a la etapa en que se encuentra el proceso:
«La campaña comenzó en forma extraoficial, pero en la medida que vayamos entrando a las candidaturas oficiales, esta baja intención de voto debería cambiar. La gente empezará a involucrarse más cerca de la fecha», agregó.
ESCENARIO FLUIDO E INCIERTO
El panorama electoral chileno muestra un nivel de volatilidad inusual. Según Gajardo, la fragmentación y la ausencia de liderazgos consolidados generan un contexto de alta incertidumbre:
«Estamos en un escenario errático, fluido y sin precisiones de lo que pueda pasar. Difícilmente se verá una consolidación temprana de apoyos», afirmó.
Bajo esa línea, Gajardo hizo una advertencia sobre Evelyn Matthei, quien aparece liderando las encuestas.
«Matthei encabeza las preferencias, pero su candidatura es errante, poco clara en sus propuestas, y eso plantea un desafío. En la derecha, además, figuras como Kast y Kaiser no son actores menores, sino que representan fuerzas reales que pueden reconfigurar el escenario», advirtió.
Respecto al oficialismo, puso énfasis en que el apoyo al presidente Gabriel Boric no necesariamente se traduce en votos para un candidato de su sector:
«Una cosa es apoyar al gobierno y otra muy distinta es que ese apoyo se convierta en un voto. Además, Boric no está cumpliendo el rol de liderazgo que normalmente debe ejercer un presidente como líder de su coalición, lo que complica aún más la situación del oficialismo», sostuvo.
De cara a la recta final, la campaña —especialmente en redes sociales, debates y exposición mediática— será determinante:
«Para la gente interesada en política y los líderes de opinión, el desempeño de los candidatos, más que sus propuestas y lo que dicen y que no dicen, será clave. Evitar errores graves será fundamental para no perder terreno», señaló.
¿LA FRAGMENTACIÓN PODRÍA AUMENTAR LA PARTICIPACIÓN?
A pesar de las señales de desafección, Gajardo planteó que un escenario de alta incertidumbre podría tener un efecto paradójicamente positivo en la participación electoral:
«Cuando no hay un candidato claramente ganador, aumenta la percepción de que el voto puede marcar la diferencia. La fragmentación puede ser un incentivo para que más personas acudan a votar», indicó.
«Es más importante participar cuando no hay una candidatura digamos absolutamente ganadora. Un escenario con alta indecisión puede ser un incentivo para la participación, la gente empieza a darse cuenta y a tomar conciencia de que su voto tiene importancia porque impacta en el resultado», concluyó.