Un escabroso hecho une el asesinato, en La Serena, de Ana María Pizarro con la muerte, unos años antes, de otra mujer de la zona, y está ligado con la expareja de la mujer y principal sospechoso del crimen.
La mujer estuvo desaparecida durante varias semanas, desde el 3 de abril, cuando dijo que iba a cobrar un finiquito y se le perdió el rastro, pues nunca llegó hasta ese lugar.
De acuerdo con la investigación de la Policía de Investigaciones (PDI) y el Ministerio Público, la mujer de 56 años se dirigió a la casa de su presunto asesino.
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El análisis de las cámaras de televigilancia mostró que una vez que ingresó al inmueble, no volvió a salir.
De acuerdo con los antecedentes recabados, el sujeto descuartizó a Pizarro y al día siguiente del crimen repartió su cuerpo en bolsas de construcción, en un intento por eliminar cualquier evidencia. Hizo al menos cinco traslados en bicicleta por las calles de La Serena con los restos, a plena luz del día.
“Está totalmente identificado. Hace varias semanas que hay una orden de detención en su contra, la policía lo está buscando», aseguró el fiscal regional de Coquimbo, Patricio Cooper.
OTRO CRIMEN
Según T13, el sospechoso estaría relacionado con otro brutal asesinato ocurrido en 2019.
Se trata del crimen de María José Zambra, cuyo cuerpo desmembrado fue encontrado el 18 de octubre de ese año, bajo un puente en La Serena, justo el día en que comenzó el estallido social. Estuvo 51 días desaparecida.
Semanas después del hallazgo de su cuerpo, su teléfono, que había desaparecido, fue reactivado. El chip fue detectado en un nuevo dispositivo que utilizaba la misma Ana María Pizarro.
Según el citsdo medio, en su momento Pizarro fue entrevistada por la policía y confirmó que el teléfono le pertenecía, pero que no lo usaba ella, sino su pareja.
Ese hombre era, precisamente, el mismo sujeto que hoy es intensamente buscado como principal sospechoso de su asesinato.