Internacional

Xi Jinping llega a Moscú para asistir al ‘Día de la Victoria’

Por Allan Santander

Periodista

Xi Jinping
Xi Jinping, presidente de China y Vladimir Putin, presidente ruso (Foto: REUTERS)
Xi Jinping aterriza en Moscú para consolidar una relación que desafía las sanciones internacionales. En una visita clave para el futuro geopolítico global, China y Rusia reafirman su apoyo mutuo en medio de las tensiones con Occidente.

El presidente chino Xi Jinping llegó a Moscú este miércoles para una visita de Estado que no solo subraya la relación personal y política que mantiene con Vladímir Putin, sino que también tiene implicaciones profundas para el equilibrio geopolítico global.

La visita, en el marco del 80º aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi, busca dar visibilidad a la estrecha alianza entre China y Rusia, que ambos mandatarios han calificado como una «asociación sin límites».

Con un contexto internacional cada vez más complicado, el viaje de Xi Jinping no es solo simbólico. Según el Ministerio de Exteriores chino, la visita tiene como objetivo fortalecer una «alianza estratégica forjada en intereses comunes» en un «contexto internacional marcado por nuevas circunstancias».

A lo largo de su estancia, que se extenderá hasta el sábado, Xi mantendrá intensas negociaciones con Putin sobre el futuro de su relación y discutirán varios asuntos internacionales clave, incluidas cuestiones de seguridad regional.

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COMERCIO BILATERAL

Uno de los aspectos más destacados de la relación bilateral es el intercambio económico. En 2024, el comercio entre China y Rusia alcanzó un valor récord de 244.800 millones de dólares, un aumento del 1,9% respecto al año anterior.

Mientras tanto, el Kremlin ha encontrado en China un apoyo vital para sortear las sanciones impuestas por Occidente debido a su invasión de Ucrania. Aunque Beijing ha evitado alinearse abiertamente con Moscú, se le acusa de ser un «sostén clave» para la economía rusa, proporcionando material de uso dual, tanto civil como militar, para mantener en marcha la industria de defensa rusa.

China también ha sido acusada por la OTAN de ser un «facilitador decisivo» en el conflicto ucraniano, aunque las autoridades chinas han calificado estas acusaciones de «irresponsables». A su vez, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha afirmado que China está proporcionando armas a Rusia, algo que Pekín no ha confirmado ni desmentido.

EL CONTRAPESO DE CHINA

La visita de Xi llega en un momento de creciente tensión comercial entre China y Estados Unidos, con aranceles de hasta el 145% sobre las importaciones chinas.

Para Moscú, el apoyo visible de Xi Jinping se presenta como un contrapeso al aislamiento que enfrenta debido a la guerra en Ucrania. Además, el respaldo chino refuerza la postura de Putin frente a las sanciones económicas y la presión diplomática occidental.

En declaraciones oficiales, el Ministerio de Exteriores chino subrayó que, a través de esta visita, ambos países fortalecerán su coordinación en plataformas multilaterales y promoverán un mundo multipolar y una «globalización económica más inclusiva». Sin embargo, a pesar de las afinidades, la relación entre China y Rusia no está exenta de fricciones.

DESAFÍOS GEOPOLÍTICOS

La relación entre los dos países se ve puesta a prueba en algunos frentes, especialmente en Asia meridional. Aunque ambos comparten un adversario común en Occidente, sus intereses en la región no siempre se alinean.

China apoya abiertamente a Pakistán, su principal socio en la región y un eje clave de su corredor económico, que conecta el oeste de China con el mar Arábigo. Mientras tanto, Rusia ha estrechado lazos con India, con la que comparte una relación histórica de cooperación militar.

La reciente escalada en Cachemira, donde un ataque terrorista respaldado por Islamabad dejó 26 muertos, ha exacerbado estas tensiones. India, en represalia, lanzó una ofensiva aérea contra posiciones pakistaníes. Los dos países, India y Pakistán, siguen siendo potencias nucleares, y cualquier escalada en la región podría tener consecuencias dramáticas.

PROYECTANDO ESTABILIDAD

Aunque la relación entre China y Rusia es sólida en muchos aspectos, el presidente Xi Jinping también busca proyectar una imagen de estabilidad en un mundo incierto. Frente a la postura beligerante del presidente Donald Trump, que Pekín califica de «presión económica unilateral» e «intimidación», Xi pretende posicionarse como un líder global capaz de ofrecer una alternativa a los enfoques de confrontación.

Este mensaje de estabilidad se reforzará con su asistencia al desfile del 9 de mayo en la Plaza Roja, con motivo del Día de la Victoria, la fecha más simbólica para Rusia. El evento contará con la presencia de otros mandatarios del sur global, una señal de la creciente influencia de China en las esferas internacionales.

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