Mafalda no aceptaba tomar sopa. Y la prensa televisiva chilena me está haciendo sentir arcadas por todo lo que se llame papa.
Papa de guaguas, papa hecha puré, papa en el calcetín, cayó hecho papa. Para qué decir el cónclave para el elegir el nuevo papa de la iglesia católica.
Vamos por partes.
Los y las enviadas especiales a Roma son los mismos rostros que tienen los mayores salarios en sus canales— y tal vez los viáticos más abultados. Felizmente nos iluminan con sus apreciaciones y conocimientos de la historia y la cultura italiana. Hubo una que llegó a contarnos que en Roma no hay mar. Le faltó decir que era algo así como Bolivia. Y que la playa más cercana se encuentra a aproximadamente 200 kilómetros de distancia.
Felizmente el alma patriota no ha pasado desapercibido y con esfuerzos, imagino, han encontrado chilenos y chilenas orgullosos del momento histórico que verán cuando los cardenales decidan elegir al nuevo pontífice.
A estos les digo, desde la comodidad de mi casa, que no los envidio porque eso mismo lo veré con una cervecita en la mano y la expectativa de sopaipillas en esta tarde semi lluviosa. Y lo mejor. Mucho mejor pues no tendré, gracias a la tecnología, 40 mil cabezas tapándome el magno espectáculo de ver salir humo desde una chimenea.
Lo mejor es que aprendí una palabrita nueva que, si no me la explican, todavía pensaría que es de origen italiana. Fumata. Y yo, el pajarón, desde mi más tierna infancia creí que se llamaba humo. Pero al mismo tiempo y lo peor, es que no ha salido fumata ni tampoco humo a pesar del desánimo de los enviados especiales que esperaban que aparecieran a las 13 horas. ¿Amerita una queja ante el Sernac? “Debes quejarte”, me orienta un vecino pero creo que no lo haré. Tiene cara de comunista y es posible que me quiera usar.
Y después de ver lo mismo desde las 7 de la mañana y cuando ya nos acercamos a la hora de la siesta, debo comentarles que en el mundo no hubo ningún bombardeo de Israel a Gaza, ningún ataque ruso a Ucrania, ninguna bomba hindú a Pakistán, Ningún asalto ni toma de casa VIP en Vitacura, ningún silletazo a guardias municipales en Viña del Mar.
Gracias Pancho I porque si es verdad lo que dice la tele, el mundo y particularmente Chile, son una taza de leche.
