Internacional

Reino Unido logra tregua comercial con EEUU

Por Allan Santander

Periodista

Reino Unido
Primer ministro británico, Keir Starmer y Donald Trump en la Casa Blanca (Foto: AP)
Londres cierra un acuerdo estratégico con EE.UU. para suavizar los aranceles de Trump, apuntalando la agenda internacional de Starmer y aliviando sectores clave como el acero, la automoción y la farmacéutica.

El gobierno británico acaba de marcar un punto decisivo en la partida comercial global que Donald Trump desató con su retorno a la Casa Blanca. En un movimiento que en Downing Street califica como “estratégico”, Londres y Washington alcanzaron un acuerdo bilateral que excluye al Reino Unido de algunos de los aranceles más agresivos que EE.UU. ha aplicado en las últimas semanas.

Aunque los detalles completos se revelarán en las próximas horas, el propio Trump adelantó en su red Truth Social que se trata de un pacto “completo e integral” y que marcará una nueva etapa en la relación bilateral. “¡Les seguirán muchos otros acuerdos!”, exclamó.

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UNA TREGUA A MEDIDA

Según medios británicos, el acuerdo no abarca el marco estructural del comercio entre ambos países –negociado desde el Brexit–, pero sí otorga excepciones relevantes para industrias como la automoción, el acero y la farmacéutica. El Reino Unido había sido menos castigado en comparación con otros países, enfrentando aranceles generales del 10%, pero sufriendo un 25% adicional sobre sectores estratégicos. Justamente allí se concentra el alivio logrado por el primer ministro Keir Starmer.

Con Estados Unidos como principal socio comercial, el pacto representa un respiro tangible: solo el mercado automovilístico estadounidense representa más de una cuarta parte de las exportaciones británicas del rubro, según datos oficiales. Las industrias farmacéutica y tecnológica también celebran, al quedar parcialmente blindadas frente a nuevas medidas proteccionistas.

SIN CONCESIONES EN ALIMENTACIÓN

Uno de los puntos más espinosos en la relación comercial angloamericana —la alimentación— quedó fuera de esta tregua. Washington buscaba abrir la puerta a productos como el pollo. pero el gobierno de Starner ha declarado que no reducirán sus estándares alimentarios de Reino Unido para permitir el ingreso de este producto estadounidense enjuagado con cloro y tampoco el res tratado con hormonas.

Tampoco hubo represalias británicas ante la escalada arancelaria de Trump, una diferencia notable frente a la respuesta de Bruselas. Esta postura, interpretada por algunos como sumisión, ahora se lee en Londres como una jugada pragmática que abrió la puerta al diálogo.

UN TRIUNFO CON DOBLE VALOR

Más allá de los beneficios comerciales inmediatos, el acuerdo fortalece la posición internacional de Keir Starmer. El primer ministro ha buscado sin descanso proyectar una imagen de líder global, y este pacto no solo lo convierte en el primer mandatario en conseguir concesiones de Trump, sino que lo posiciona como potencial nexo entre Estados Unidos y Europa, en un contexto de realineamiento geopolítico post-Brexit.

Para la administración laborista, la victoria también tiene un efecto doméstico: acalla críticas por su estrategia de acercamiento al presidente norteamericano, incluso desde su propio partido, y permite mostrar resultados concretos.

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