Entrevistas y Reportajes

Expropian inmueble en que funcionó la «Venda Sexy»: la bestialidad era la tónica

Mario López M.

Periodista, Licenciado en Ciencias de la Comunicación, Abogado, Licenciado en Derecho

La expropiación del inmueble viene a cerrar hoy, solo en parte una etapa de la historia de ese inmueble, en que la sangre y las lágrimas ya no están en el piso, subterráneo y baños de la propiedad, pero estará la memoria, esa porfiada memoria que ayude a construir un «nunca más».

Una sencilla casa de dos pisos en calle Irán 3037, en Macul, escondió por largo tiempo un recinto ilegal donde se cometieron crueldades irreproducibles por agentes de Estado en contra de miles de prisioneras y prisioneros por razones políticas.

POR FIN EXPROPIADO

El Diario Oficial de este 1 de septiembre de 2023, da cuenta que por resolución exenta Nº 3.240, de fecha 25 de agosto de 2023, se ordenó la expropiación, conforme a las normas del decreto ley Nº 2.186 de 1978, del denominado Lote 1, correspondiente al inmueble ubicado en calle Irán 3037, Rol de Avalúo 7460-12, de la Comuna de Macul, Región Metropolitana, de aparente dominio de Aluminio Centauro Limitada, con una superficie aproximada de 588,34 metros cuadrados.

Dicha expropiación resulta necesaria para la ejecución del Proyecto de expropiación del Inmueble ubicado en calle Irán Nº 3037 de la comuna de Macul, para Equipamiento Comunitario. La Comisión de Peritos integrada por María Cristina Camus Palacios, Arquitecto; Mufida Abuawad Elías, Arquitecto; y Verónica Olivier Valdebenito, Arquitecto; mediante Informe de fecha 25 de agosto de 2023, fijó la indemnización provisional por causa de la referida expropiación en la suma de $402.974.880.-, que se pagará al contado. La presente publicación se efectúa en cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 7º del decreto ley Nº 2.186 de 1978.- Director (S) Serviu Metropolitano».

A 49 años de que comenzara a funcionar como una casa de torturas, principalmente de militantes del MIR, el Estado se hace cargo de la recupoeración efectiva del inmueble, antes declarado Monumento histórico nacional.

LUGAR DE DESAPARICIONES

No se trata de cualquiera de los recintos secretos de detención y tortura que mantuvo la DINA. Todos fueron siniestros, cuál más cual menos, pero este en particular se destacaba por una “especialización” en los tormentos, las vejaciones sexuales. También destacó -junto a otros- por el número de detenidos desaparecidos cuya última huella corresponde al lugar en que funcionaba en el sector de Quilín, cerca de la intersección con calle Los Plátanos, comuna de Ñuñoa.

Muchos de los 119 detenidos desaparecidos que aparecieron en las listas publicadas por la DINA en el extranjero para justificar sus ejecuciones, provienen de ese lugar.

Los hermanos Mario Fernando y Nilda Patricia Peña Solari, Ida Vera Almarza, Isidro Pizarro Meniconi, Luis Mahuida Esquivel, Antonio Soto Cerna, Luis Gonzáles Mella, Félix De la Jara Goyeneche, Marta Neira Muñoz, César Negrete Peña, Gerardo Silva Saldívar, Renato Sepúlveda Gajardo, María Joui Petersen, Francisco Rozas Contador, Jorge Eduardo Ortiz Moraga, Jorge Herrera Cofré, Ramón Labrador Urrutia, Luis San Martín Vergara y muchos otros fueron identificados en ese lugar por sobrevivientes, antes de desaparecer.

INGRID OLDEROCK

La casa, también conocida como la «Discoteque» por la música anglo que sonaba durante todo el día para esconder los gritos de quienes eran torturados en el subterráneo. Quienes llegaron ahí fueron vulnerados sexualmente de forma continúa. La brutalidad llegó al extremo de que la mayor de Carabineros Ingrid Olderock entrenó a un pastor alemán ovejero, a quien llamó “Volodia”, para violar a las y los prisioneros.

«Ingrid dirigía al animal, mientras los otros torturadores obligaban a los detenidos a adoptar posiciones que facilitaran el abuso. Hombres y mujeres que pasaron por Venda Sexy fueron víctimas de esta atrocidad. Nadie hablaba del tema en la casona, pero tras las sesiones de tortura, las compañeras recibían a sus amigas con más ternura que de costumbre y las acurrucaban para que durmieran un rato», relató a este periodista una de las prisioneras que pasara por ese lugar y sobreviviera.

Allí Olderock dio rienda suelta a sus depravaciones, desde finales de 1974 y hasta mediados de 1975. Testimonios de ex agentes en causas judiciales aseguran que estaba preferentemente conformado por Carabineros y en coordinación con Villa Grimaldi. Los detenidos permanecían con la vista vendada, varios en una misma pieza, pero separados los hombres de las mujeres. Los agentes del equipo operativo funcionaban dentro de un horario similar al común de la jornada de trabajo y luego salían del lugar dejando a los prisioneros a cargo de los guardias. Fuera de ese horario no se torturaba y las normas más estrictas se relajaban, dependiendo de la voluntad de los guardias. El recinto tenía música ambiental permanente, razón por la cual era conocido como ‘La Discoteque’, señala el informe Rettig.

FORMAS DE RESISTIR

Con los días, se dieron cuenta de que quienes estaban a cargo del centro de detención disminuían las violaciones cuando las prisioneras estaban menstruando, así es que idearon un plan: Las que estaban con el periodo o con una herida sangrante dejaban un paño manchado en el baño, así la que ingresaba se lo ponía. La estrategia irritó a los agentes: – ¡Otra vez están todas estas huevonas con la regla, hasta cuándo!, se quejaba el general en retiro, Raúl Iturriaga Neumann, que actualmente cumple condena en Punta Peuco.

“Uno pierde noción del tiempo con la tortura, del día de la noche, de si comíamos o no. Recuerdo que una vez comí una sopa de huesos de pollo y que otra vez nos dieron lentejas con caca y una compañera dijo fuerte: ‘Nos están dando lentejas con caca. Nos las vamos a comer igual, pero ni crean que no lo sabemos’. Era una forma de hacerles saber que no nos estaban engañando. El Venda Sexy fue terrible. Varios compañeros desaparecieron desde ahí también”, nos relataría Alejandra Holzapfel, quien vivó tormentos que le costó mucho reconocer, «porque sentía vergüenza», nos confesaría.

La “capitana” Olderock hizo a ese lugar ser especial, la diferencia radicaba en los métodos de tortura, todas de índole sexual y que buscaban no solo quebrar al torturado sino que además denigrarles. Violación de detenidas y detenidos y otros abusos sexuales eran parte del día a día, ejecutados por agentes de guardia y animales, aunque en realidad cuesta diferenciar entre esos dos tipos de animales. Quizás la diferencia sea entre animales, los perros y bestias, los agentes.

TESTIMONIOS DESGARRADORES

Un testimonio judicial publicable, refleja la bestialidad: “…era una casa de dos pisos con subterráneo, con piso de parqué, una ventana redonda en el baño y una escalera de mármol, impresionante, muy grande, curva y ancha. Continuamente había música estridente, e incluso una vez pusieron en la pieza dos discos con la música a todo volumen, que nos produjo una terrible sensación.
Fui bajada a un subterráneo donde comenzaron a torturarme a golpes, corriente, etc. Esa noche dormí en una pieza común que al parecer estaba destinada a los nuevos detenidos.

Al día siguiente fui llevada a una pieza de mujeres, lugar donde vi a numerosas personas que estuvieron conmigo. Continuamente, además, entraban individuos a la pieza que nos vejaban de todas las formas imaginables y posibles…”.

También hay testimonios de hombres, aunque a muchos les ha costado reconocerlo públicamente, de violaciones con animales. Las aberraciones se cometían de preferencia en los subterráneos, siempre acompañado de música estridente para acallar los gritos desgarradores de las víctimas.

IMPUNE, NO INDEMNE

Olderock fue integrante de la Brigada Purén. Su origen como represora está en los inicios de la dictadura en la Escuela de tejas Verdes, también lugar de inicio del siniestro Manuel Contreras. El libro “La mujer de los perros”, de Nancy Guzmán, puso en el tapete la identidad de esta criminal, fallecida en 1990, paradojalmente rodeada de perros. “Era una mujer brillante, manipuladora, amenazante en sus formas, fría en la ejecución, soberbia y sin ningún rastro de arrepentimiento por sus espantosos actos”, consignó la escritora sobre la sádica capitana.

Terminó sin ser condenada, impune por razones mentales. Una bala en la cabeza y otra en el pecho disparadas en un atentado en 1981, presuntamente ejecutado por un comando del MIR pero que ella denunció que habría sido un atentado ejecutado por sus propios excompañeros de Carabineros con el objeto de acallarla.

Ese fue el detonante para que comenzara a hablar y denunciar a sus ex camaradas de armas, aunque cuando ella debió enfrentar a la justicia por sus propias acciones, se escudó en la insania, producto de las lesiones recibidas. Quienes le vieron antes de morir reconocen que efectivamente terminó medio loca.

MEMORIA A LA VENTA

En 1981, aún en plena dictadura, el propietario del inmueble la puso a la venta, aterrado luego de saber que su casa familiar había sido utilizada para reprimir y atormentar a los opositores. El inmueble fue adquirido por vecinos que intentaron, sin éxito, arrendarlo por piezas a estudiantes e instalar luego una guardería infantil.

“Cuando la gente se enteraba del uso que había tenido la casa, se iban”, relataría más tarde Pedro Alejandro Matta. Finalmente, fue un empresario industrial quien decidió comprar la casa vivió allí con su familia por varios años.

A principios del año 1982 el nuevo propietario vendió la residencia a la compañía inmobiliaria Sociedad de Inversiones Arriagui Limitada por un valor equivalente a 311.000 dólares, con la particularidad –además– de que en 2016 la casa fue declarada Monumento Histórico Nacional y, de acuerdo a la Ley, tiene prohibida su modificación o alteración.

LA LUCHA POR RECUPERAR EL INMUEBLE

Para las mujeres sobrevivientes de la dictadura el recinto constituye un “espacio de resistencia del pasado, pero también del presente y futuro” que recuerda que “los crímenes sexuales en dictadura quedaron absolutamente impunes”. Por eso, reivindican una tipificación distinta para ese tipo de delitos: “No pueden considerarse un daño colateral de la tortura porque la violencia sexual es una política de género, direccionada hacia las mujeres”, sostiene la portavoz. 27 de las personas que pasaron por la Venda Sexy hoy siguen desaparecidas, cinco de ellas son mujeres.

Muy pocas sentencias por torturas sexuales figuran en los anales judiciales. Recién en la última década fue posible obtener algunas sentencias condenatorias. Olderock, hoy más conocida por las nuevas generaciones por un cortometraje que por sus aberraciones, nunca pagó con cárcel.

La expropiación del inmueble viene a cerrar hoy, solo en parte una etapa de la historia de ese inmueble, en que la sangre y las lágrimas ya no están en el piso, subterráneo y baños de la propiedad, pero estará la memoria, esa porfiada memoria que ayude a construir un «nunca más».

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