El 14 de octubre de 2024, el Presidente Gabriel Boric tomó uno de sus móviles y realizó una llamada a Josefina Huneeus, su antigua psiquiatra durante su etapa parlamentaria.
Lo que no sabía es que la línea estaba intervenida por orden del Ministerio Público, en el marco de la investigación por presunto fraude al fisco y tráfico de influencias en el llamado Caso Convenios.
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Durante la charla, que fue obtenida en exclusiva por el medio The Clinic, ambos intercambian impresiones sobre la fundación ProCultura, dirigida por Alberto Larraín —expareja de Huneeus— y foco de la investigación por el uso irregular de fondos públicos.
La conversación pone en evidencia vínculos personales y profesionales de figuras cercanas al Presidente con la fundación, así como las tensiones políticas y éticas que surgen de estos vínculos.
ProCultura: ¿Fundación legítima o fachada de irregularidades?
En la conversación, Boric se muestra interesado por el funcionamiento real de ProCultura: “¿ProCultura existía? ¿Hacía cosas? ¿Era de verdad?”, pregunta.
Huneeus responde que sí, defendiendo con firmeza el trabajo realizado por el equipo de la fundación y asegurando que los fondos fueron correctamente ejecutados, aunque admite graves errores de gestión por parte de Larraín.
Además, se menciona al ministro de Vivienda, Carlos Montes, quien habría animado a los trabajadores de la fundación a continuar pese al estallido del caso Democracia Viva en 2023, lo que posteriormente habría provocado desvío de fondos entre proyectos para mantener el funcionamiento operativo.
La defensa de Irina Karamanos
La conversación también aborda el rol de Irina Karamanos, expareja de Boric, quien trabajó en ProCultura antes de la llegada del mandatario a La Moneda. El Presidente asegura haberla visto trabajar con compromiso en la fundación, mientras que Huneeus explica que las irregularidades detectadas en sus pagos se debieron a problemas técnicos en las transferencias, no a pagos informales ni ocultos.
La Fiscalía, que en algún momento contempló su citación como imputada, finalmente reconoció que no había elementos suficientes para formalizar cargos en su contra.
Un favor que incomoda: la solicitud de trabajo de Huneeus
En la parte final del intercambio, Huneeus muestra su interés por colaborar con programas públicos como Mejor Niñez o el Ministerio de Salud, mencionando su experiencia en salud mental infantil.
“Me da lo mismo, donde sea. Me importa un huevo”, dice con franqueza. Boric, aunque receptivo, se desmarca, señalando que no es su rol asignar cargos: “No creo que me corresponda a mí decir ‘oye contrata a esta persona’”.
El trasfondo: relaciones, poder e influencias
Más allá del contenido puntual, la llamada revela una compleja red de vínculos personales entre figuras políticas y fundaciones investigadas por desvío de fondos públicos.
La mención constante al uso del nombre del Presidente por parte de Larraín para obtener legitimidad ante terceros deja entrever una estrategia de influencia que puede comprometer políticamente al mandatario, aunque él niega haber favorecido a ProCultura de forma alguna.
Revise la conversación completa:
La conversación completa entre Boric y Josefina Huneeus- la versión sobre ProCul (1)