Lo que parecía una utopía se convirtió en historia: los ‘Eagles’ vencieron 1-0 al Manchester City en la final de la FA Cup 2025, logrando así su primer gran título en 120 años. El héroe fue Dean Henderson, el arquero que sostuvo la ventaja conseguida por Eberechi Eze con una actuación descomunal.
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Por nombres, el resultado puede sonar sorpresivo. Pero en la cancha, Crystal Palace fue todo lo que debía ser para escribir una página dorada en su historia. Mientras el Manchester City dominaba la posesión y apilaba pases, los londinenses fueron certeros, veloces y sólidos. Y contaron con un arquero en estado de gracia.
El arranque fue todo del equipo de Guardiola. En menos de 15 minutos, generaron al menos cuatro ocasiones claras: un cabezazo de Haaland que obligó a una estirada de Henderson, un frentazo de Gvardiol, otro de Akanji y un tiro de Savinho. Sin embargo, todo era contenido por un Palace ordenado y sin nervios.
La paciencia tuvo premio a los 17′. Una contra perfecta: corrida de Daniel Muñoz por derecha, centro al corazón del área y disparo furioso de Eze al fondo de la red. 1-0 para el Palace, que empezó a creer.
El golpe afectó al City, y poco después Eze tuvo el segundo, pero Ortega respondió. Cuando los de Guardiola parecían recuperar terreno, una barrida de Mitchell sobre Bernardo Silva derivó en penal. Marmoush se paró frente al balón, disparó fuerte… y Henderson se lo atajó. También rechazó el rebote. Wembley explotó.
En el segundo tiempo, el guion se repitió: dominio estéril del City y un Palace amenazando en cada contragolpe. Muñoz llegó a marcar el 2-0, pero el VAR lo anuló por un offside previo. A pesar de los ingresos de Phil Foden y del debut del joven argentino Claudio Echeverri, los ‘Citizens’ nunca encontraron claridad. En una de las pocas que tuvieron, Henderson volvió a cerrar el arco ante el ‘Diablito’.
Con el reloj en contra, el City se fue desesperando. De Bruyne lo intentó desde fuera del área, sin éxito. Y en ese desorden final, el Crystal Palace selló su gloria con una muralla defensiva y un arquero insuperable.
Contra todo pronóstico, los ‘Eagles’ volaron más alto que nunca. Dean Henderson fue el guardián de un sueño que esperó 120 años. En Wembley, el fútbol volvió a demostrar que no siempre gana el más fuerte, sino el que cree con convicción.