Tottenham campeón de la Europa League es la frase que marca una noche histórica en Bilbao. El club londinense derrotó 1-0 al Manchester United, en la gran final disputada en el estadio San Mamés, y levantó un trofeo continental tras una sequía de más de cuatro décadas. El tanto del galés Brennan Johnson en la primera mitad fue suficiente para desatar la euforia de los hinchas y coronar una campaña inolvidable.
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La final en territorio vasco estuvo marcada por la tensión y el dramatismo. El Tottenham, dirigido por Ange Postecoglou, se plantó con inteligencia ante un United más dominante en posesión, pero incapaz de romper el orden defensivo de los Spurs. Con apenas el 29% del balón, el equipo londinense hizo gala de eficacia: una recuperación rápida, una gran asistencia de Maddison y una definición precisa de Brennan Johnson a los 42 minutos bastaron para marcar la diferencia.
El Manchester United lo intentó todo en el complemento, incluso con ingresos ofensivos, pero se encontró con un muro. El arquero italiano Guglielmo Vicario fue clave en al menos tres intervenciones de riesgo, y Micky van de Ven salvó un balón sobre la línea que pudo ser el empate. El argentino Cristian Romero fue elegido el mejor jugador del partido gracias a su despliegue y liderazgo en la zaga.
Esta consagración significa mucho para los Spurs. No solo ganan su tercera Europa League, sino que aseguran un lugar en la próxima Champions y la disputa de la Supercopa de Europa ante el campeón de la Champions. Además, este título internacional es el primero desde 1984 y pone fin a una de las sequías más comentadas del fútbol europeo.
Ange Postecoglou, tras la victoria, declaró que este es solo el comienzo: “Queremos construir algo duradero. Hoy dimos el primer gran paso”. La afición, que colmó San Mamés y celebró como si estuvieran en Londres, ya sueña con una era dorada para el club.
Ver al Tottenham campeón, ya no es solo un deseo. Es una realidad que se inscribe en los libros de historia. Una victoria que emociona a sus hinchas y devuelve la esperanza a un club que aprendió a sufrir para volver a celebrar.
