En medio de crecientes cuestionamientos por detenciones de activistas y restricciones a las organizaciones civiles, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró este domingo que le tiene “sin cuidado” que lo llamen dictador.
La declaración fue parte de un encendido discurso durante una sesión solemne en el Teatro Nacional, al cumplirse el primer año de su segundo mandato presidencial.
“Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles”, afirmó el mandatario, en defensa de su política de seguridad de “mano dura” que, bajo un régimen de excepción, ha permitido detenciones masivas sin orden judicial y ha sido señalada por múltiples organismos como violatoria de derechos humanos.
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Bukele, quien mantiene una alta popularidad tras ser reelegido con el 85% de los votos, acusó a las ONG nacionales de “activismo político” y de proteger a miembros de pandillas. También arremetió contra la prensa y organismos internacionales por participar, según él, en un “ataque organizado” contra su administración.
“Dicen que encarcelamos defensores de derechos humanos, disidentes, opositores (…). Cualquier opositor corrupto que se lleva a la cárcel es un perseguido político. Trabajar en una ONG ahora es sinónimo de impunidad”, ironizó el jefe de Estado.
Las críticas se han intensificado luego del arresto de Ruth López, abogada de una organización que investigaba posibles casos de corrupción estatal y asistía a víctimas del régimen de excepción.
Su detención fue ampliamente condenada por agrupaciones defensoras de derechos humanos tanto dentro como fuera de El Salvador.
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— Nayib Bukele (@nayibbukele) June 2, 2025