En medio de la controversia generada por una filtración que minimiza el impacto del reciente ataque militar contra Irán, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, defendió con vehemencia la operación y disparó contra los medios que han puesto en duda sus efectos.
La rueda de prensa, realizada este jueves en el Pentágono, estuvo marcada por un tono confrontativo y una retórica épica sobre el bombardeo ordenado por Donald Trump contra tres instalaciones nucleares iraníes, Fordow, Natanz e Isfahán.
“El éxito fue total”, afirmó Hegseth, quien calificó la operación como “la más compleja y secreta de la historia”, en abierta exageración comparativa con acciones históricas como el desembarco de Normandía.
El funcionario insistió en que las instalaciones fueron “destruidas, vencidas o borradas del mapa”, retomando el término “obliterated” que Trump utilizó y que ha ganado popularidad entre los círculos oficialistas.
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UNA VICTORIA CUESTIONADA
Pese al triunfalismo, un informe preliminar de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) filtrado esta semana sostiene que el programa nuclear iraní solo habría sido interrumpido por algunos meses. Según el documento, Irán habría logrado trasladar buena parte de su uranio enriquecido a ubicaciones secretas antes del ataque, lo que limitaría el impacto real del bombardeo.
Lejos de apaciguar la situación, la filtración desató la furia de la Casa Blanca, que respondió restringiendo el acceso a información confidencial para miembros del Congreso, una medida sin muchos precedentes en la historia reciente del país.
Trump, además, convirtió la cumbre de la OTAN en Países Bajos en un escenario para arremeter contra los periodistas. “Pudieron decir que la evaluación hablaba de un daño entre moderado y severo, y prefirieron quedarse con lo que les interesaba para su agenda política”, declaró el miércoles.
CIFRAS
El jefe del Estado Mayor, general Dan Caine, proporcionó detalles técnicos sobre la operación, revelando imágenes y grabaciones que mostrarían el impacto de las bombas GBU-57 sobre el complejo subterráneo de Fordow, ubicado a más de 45 metros bajo tierra. “Las número dos, tres, cuatro y cinco penetraron limpiamente en la embocadura”, señaló Caine, tras explicar que una sola bomba bastó para romper la cubierta de concreto iraní.
Caine añadió que esta ofensiva fue el resultado de 15 años de preparación y desarrollo de armamento diseñado específicamente para enfrentar amenazas como el programa nuclear iraní. También compartió detalles casi cinematográficos sobre el despliegue de los B-2 desde Misuri, el esfuerzo de los pilotos y el emotivo recibimiento de sus familias al regresar.
PRENSA
Buena parte del discurso de Hegseth se centró en atacar a los medios, a los que acusó de “animar a Irán con tal de ir contra Trump”. En su crítica, incluyó incluso a periodistas de Fox News, su antigua casa. Cuando una reportera del canal le consultó sobre la supuesta reubicación del uranio iraní, el secretario de Defensa optó por una descalificación personal antes que por una respuesta concreta.
Trump, por su parte, reforzó la línea discursiva en su red social Truth, donde calificó la conferencia de prensa de Hegseth como “una de las mejores, más profesionales y más confirmativas que he visto”. También exigió, por cuarta vez en 24 horas, el despido de los reporteros responsables de divulgar el informe de la DIA.
En un intento por reforzar la narrativa oficial, el director de la CIA, John Radcliffe, emitió un comunicado en el que aseguró que “el programa nuclear iraní ha resultado gravemente dañado por los recientes ataques selectivos”. El texto, publicado también en X, subraya que varias instalaciones deberán ser reconstruidas en el largo plazo.
