El diputado Jaime Naranjo, quien dejó las filas del Partido Socialista en noviembre pasado tras más de tres décadas de militancia, denunció este miércoles haber sido expulsado de la bancada parlamentaria por orden directa de la senadora y presidenta del PS, Paulina Vodanovic. A su juicio, la decisión no responde a razones políticas o reglamentarias, sino a intereses personales de la parlamentaria, quien —según acusa— busca impedir que él la enfrente en una futura elección senatorial por la Región del Maule.
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La notificación oficial de su salida fue comunicada por el jefe de bancada, el diputado Juan Santana. Pero para Naranjo, el trasfondo es más profundo: “Esto es una señal de cómo se utiliza el poder para perseguir a quien piensa distinto. No es solo una discrepancia interna, es un acto de hostigamiento personal con fines electorales”, declaró.
Desde su renuncia al PS el año pasado —que definió como “un grito de desesperación” ante lo que consideraba un rumbo extraviado del partido—, Naranjo había seguido formando parte activa de la bancada socialista. Sin embargo, con su exclusión formalizada, el diputado cuestionó lo que considera una práctica inaceptable dentro de la vida política.
“Esto no es otra cosa que una jugada para sacarme del camino”, dijo. “La senadora Vodanovic nunca ha tenido la voluntad de dialogar conmigo, ni antes ni después de su designación. Desde entonces, lo único que ha hecho es levantar una campaña constante de descalificaciones y hostilidad”, sostuvo el legislador.
La senadora Vodanovic asumió el escaño por el Maule tras la salida de Álvaro Elizalde, hoy ministro secretario general de la Presidencia. Según Naranjo, el control territorial en esa zona es parte del conflicto: “Esta actitud revela una profunda inseguridad. Solo alguien que se sabe vulnerable electoralmente reacciona así, tratando de impedir la competencia legítima”.
Respecto a su futuro político, el diputado señaló que analizará sus próximos pasos con calma. “Veré qué bancada puede acogerme. Pero lo importante es entender que este tipo de prácticas le hacen daño a la democracia y alejan aún más a la ciudadanía de la política”.