La batalla de Nicolás Jarry en Wimbledon terminó con la cabeza en alto. El chileno luchó durante cuatro horas y 27 minutos ante el británico Cameron Norrie, en un épico duelo de octavos de final que quedará grabado en la historia del tenis chileno. Aunque terminó cayendo por 6-3, 7-6(4), 6-7(7), 6-7(5) y 6-3, su actuación dejó marcas imborrables, incluido un nuevo récord nacional de aces: 47 en un solo partido.
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Desde el primer game, el partido mostró el contraste entre dos estilos: la potencia y agresividad del chileno contra la solidez y regularidad del ex top ten británico. El primer set se le escapó a Jarry tras un solo quiebre, en un mal juego con errores no forzados. Luego, el segundo parcial se definió en un tie break, donde Norrie fue más certero.
Pero la historia no estaba escrita aún. En el tercer set, tras una discusión con la jueza por las demoras de su rival, Jarry recuperó el foco. Levantó puntos de quiebre, salvó un match point y, con enorme coraje, ganó el desempate para seguir en carrera. Lo mismo ocurrió en el cuarto set: volvió a levantar el nivel en los momentos decisivos y lo cerró con su ace número 43.
El quinto y último parcial fue una prueba de resistencia. El chileno, que venía de seis partidos (tres en qualy y tres en el cuadro principal), mostró desgaste físico. Un quiebre temprano marcó el destino del set. Aun así, Nicolás tuvo chances de romper el saque rival, pero no logró concretarlas.
Pese a la derrota, Jarry firmó el partido más largo de su carrera y alcanzó uno de sus mejores niveles. Su actuación lo devuelve al top 100 del ranking ATP y lo consolida como el número uno de Chile. Su Wimbledon 2025 fue, sin duda, una consagración moral.
Nicolás Jarry terminó sin victoria, pero con un lugar ganado en la historia grande del tenis chileno.