El ambiente en Universidad Católica es de celebración. Luego del sólido 2-0 sobre Colo Colo en el clásico 187, que rompió una racha de cuatro años sin vencer a los albos, las expectativas entre los hinchas se dispararon. Sin embargo, la dirigencia cruzada mantuvo los pies en la tierra. Juan Tagle, presidente de Cruzados, reafirmó este fin de semana que no habrá una política agresiva en el mercado de pases, pese al envión anímico que significó la victoria.
“Nosotros armamos un plantel para el año. Vamos a hacer un esfuerzo de traer alguna incorporación ahora, pero no haremos contrataciones múltiples”, señaló Tagle. Aseguró además que el nuevo técnico, Daniel Garnero, ha estado completamente enfocado en trabajar con el equipo actual. “El foco de Daniel ha sido absolutamente el plantel que tiene y no los jugadores que no tiene. Y eso para nosotros es muy importante”, recalcó.
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Sus palabras llegan justo después de que Garnero comenzara a mostrar señales claras de identidad táctica en la UC. Su equipo presionó arriba, mostró ambición y venció con justicia a Colo Colo en Santa Laura. “Lo he visto muy compenetrado en la cancha, dirigiendo mucho dentro del campo, y eso lo valoro”, dijo el dirigente sobre el entrenador.
En relación a posibles salidas, Tagle explicó que la baja de Jader Gentil ya estaba contemplada y que, salvo los derechos de formación de Thomas Gillier, no hay traspasos que generen ingresos relevantes. “Tenemos que ser responsables. Hemos señalado también nuestras limitaciones presupuestarias. Vamos a hacer lo máximo posible, pero sin comprometer la salud financiera del club”, agregó.
Sobre el regreso al estadio Claro Arena, anunció que la UC espera debutar allí el 26 o 27 de julio. “Estamos trabajando 24/7 para cumplir con las observaciones y obtener los permisos. Si no llegamos a esa fecha, sería para el 10 o 11 de agosto”, explicó.
En definitiva, mientras los hinchas celebran una victoria histórica, desde la dirigencia la consigna es mesura y trabajo paso a paso. Porque el primer gran triunfo de la era Garnero no cambia la hoja de ruta: la UC seguirá con austeridad, pero con la ilusión intacta.
