En una intervención marcada por un tono de urgencia, el primer ministro francés, François Bayrou, presentó este martes un ambicioso y controvertido plan de ajuste fiscal por 43.800 millones de euros para el año 2026. El objetivo, según declaró, es reducir el abultado déficit público, actualmente en el 5,8 % del PIB, y dar respuesta al aumento del gasto militar en un contexto internacional “cada vez más violento”.
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“Esta es nuestra hora de la verdad”, advirtió Bayrou frente al Gobierno y líderes parlamentarios, señalando que la deuda pública ya alcanza el 114 % del PIB y que crece “a razón de 5.000 euros por segundo”. En ese escenario, propuso una serie de medidas de alto impacto económico y político: congelación de pensiones, recortes en el gasto social y sanitario, congelamiento de las escalas del impuesto sobre la renta y una reducción drástica del empleo público.
ELIMINACIÓN DE FESTIVOS Y “AÑO EN BLANCO” FISCAL
Entre las medidas más simbólicas —y polémicas— destaca la eliminación de dos días feriados: el Lunes de Pascua y el 8 de mayo, conmemoración de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial. “Tenemos que aumentar nuestra producción. No producimos lo suficiente”, justificó el mandatario.
Bayrou también anunció un “año en blanco” para el sistema fiscal y de beneficios: las pensiones y otras prestaciones sociales no serán ajustadas por inflación en 2026, y se congelarán las escalas del impuesto sobre la renta y la contribución social general, lo que se traducirá en un aumento efectivo de la carga tributaria.
En paralelo, se implementará una política de no reemplazo de uno de cada tres funcionarios públicos que se jubilen, medida que busca frenar el crecimiento del gasto estructural del Estado.
APORTE SOLIDARIO Y LUCHA CONTRA EL FRAUDE
El primer ministro introdujo además una “contribución solidaria” dirigida a las rentas más altas, como parte del esfuerzo nacional para sanear las cuentas públicas. Reiteró su intención de combatir la evasión y el fraude fiscal con un proyecto de ley que será presentado en otoño y que contempla la eliminación de exenciones “inútiles e ineficaces”, especialmente aquellas que benefician a grandes patrimonios y empresas.
También anticipó el fin de las deducciones fiscales por gastos profesionales para jubilados de altos ingresos, aunque aclaró que no se tocarán las pensiones de las pequeñas y medianas empresas.
RIESGO POLÍTICO Y ADVERTENCIA ECONÓMICA
Consciente de la fragilidad política de su administración —sin mayoría parlamentaria y bajo amenaza de mociones de censura—, Bayrou aseguró que el Ejecutivo está dispuesto a asumir el riesgo de impulsar reformas impopulares, pero necesarias. “Es tarde, pero aún hay tiempo. Debemos actuar con rapidez, firmeza, justicia y equidad”, afirmó.
La hoja de ruta presupuestaria del Gobierno contempla un déficit del 5,4 % en 2025, y del 4,6 % en 2026, con la meta de cumplir el umbral del 3 % exigido por la Unión Europea para 2029. Sin embargo, las primeras reacciones desde la oposición auguran una intensa resistencia. El líder del partido ultraderechista Agrupación Nacional, Jordan Bardella, calificó las propuestas como una “provocación” y “un ataque directo a nuestras raíces”.
Bayrou concluyó su exposición apelando a la responsabilidad colectiva: “Todo el mundo deberá participar en el esfuerzo. Es ilusorio pensar que una categoría u otra pueda cargar sola con el peso”. El otoño marcará el verdadero termómetro político del plan, cuando el Parlamento comience a debatir el Presupuesto 2026.
Brutal el análisis de Bayrou de la situación de Francia y de las drásticas medidas para rebajar gasto público. Le dejarán? Sobrevivirá a ellos el gobierno? Tomarán otros ejemplo? Bayrou lanza un plan radical de recortes de 44.000 millones https://t.co/Wc4pnhC5dW pic.twitter.com/ekifufVrxr
— Iñaki Bartolomé (@ibartolome) July 15, 2025