Luego de meses de cuestionamientos y costos políticos evidentes, el Ministerio de Bienes Nacionales dio por cerrado, al menos desde lo administrativo, el proceso de compra de la histórica casa del expresidente Salvador Allende. Según confirmó el titular de la cartera, Francisco Figueroa, el contrato fue oficialmente rescindido y se retiró de notaría el cheque asociado a la transacción.
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“Cumplimos con lo comprometido: dictamos el decreto no aprobatorio que deja sin efecto la compraventa”, declaró el ministro, añadiendo que no queda ninguna gestión pendiente para la institución. El proceso había sido anunciado en enero por la entonces vocera Camila Vallejo, pero tardó más de medio año en concretarse formalmente. ¿La razón? El ministerio optó por esperar los pronunciamientos del Tribunal Constitucional y de la comisión investigadora parlamentaria antes de cerrar el capítulo.
Figueroa defendió la demora: “Preferimos hacerlo bien a salir corriendo con explicaciones improvisadas. A veces hay que resistir las preguntas incómodas para no cometer errores peores”.
LECCIONES INTERNAS
El caso dejó una huella en la estructura interna de Bienes Nacionales. Según explicó Figueroa, desde ahora el ministerio requerirá revisar desde el inicio cualquier eventual inhabilidad de la parte vendedora en procesos de adquisición, aunque la ley no lo exija expresamente.
La polémica llevó al Ejecutivo a suspender no solo la compra de la llamada Casa de Allende, sino también a recalibrar la estrategia de adquisición del inmueble del expresidente Patricio Aylwin, una de las iniciativas patrimoniales impulsadas por el propio Presidente Boric. Figueroa confirmó que dicho proceso sigue en curso, pero será ejecutado con más precauciones y claridad administrativa sobre su futura gestión y administración.
“La adquisición del inmueble de Aylwin sigue su curso, pero queremos tener resuelto desde ya cómo se va a administrar. No queremos repetir errores”, advirtió el ministro.
BALANCE POLÍTICO
Consultado por el efecto político de la polémica —una más en una serie de cuestionamientos por decisiones administrativas del Gobierno—, Figueroa restó dramatismo al impacto electoral. “Más allá de este episodio, creo que no se ha valorado adecuadamente lo que ha significado este Gobierno: ha logrado unir a la izquierda y centroizquierda, consolidar una coalición que puede llegar unida a las elecciones parlamentarias. Eso es un activo que va más allá de las polémicas”.
Sobre la baja en las encuestas, el ministro apeló al cambio en el comportamiento del electorado. “Cada vez pesa menos la agresividad en el discurso político y más los resultados. Y en eso, el Gobierno tiene logros relevantes que mostrar”.
Respecto a las críticas que apuntan a que el Presidente estaría priorizando agendas ideológicas o internacionales, Figueroa lo desestima: “Boric no está pensando en su legado personal, sino en lo que este Gobierno dejará como estándar político. Y en un mundo convulsionado, que Chile sea bien recibido y tenga voz en distintos foros es un capital para el Estado, no un capricho del Presidente”.
RECUPERACIÓN TERRENOS FISCALES
El ministro también adelantó que Bienes Nacionales está afinando una reforma clave: la mejora del procedimiento para el acceso a playas, actualmente en discusión en la Cámara de Diputados. Además, se trabaja en integrar al catastro fiscal todos los bienes gestionados por las Fuerzas Armadas.
“Este ha sido un gobierno que ha destinado más terrenos fiscales que nunca para viviendas, desalojado ocupaciones ilegales, recuperado sitios de memoria y abierto accesos a playas. Eso también es legado”, concluyó.