La candidatura de Jeannette Jara avanza en un escenario donde la política se juega tanto en la papeleta presidencial como en la parlamentaria. Este viernes, la abanderada del oficialismo y los ocho partidos que sostienen su campaña acordaron impulsar una lista única para las elecciones legislativas junto a la Democracia Cristiana (DC), independientemente de lo que resuelva este sábado la junta nacional de la falange sobre su apoyo a la exministra del Trabajo.
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La definición, tomada en la primera reunión oficial del comando en su nueva sede de Londres 76, busca blindar la estrategia parlamentaria en un contexto de alta fragmentación. Allí, en el sexto piso del edificio que concentra el nuevo cuartel político de Jara, participaron los timoneles de las fuerzas aliadas: Constanza Martínez (Frente Amplio), Flavia Torrealba (FRVS), Leonardo Cubillos (PR), Juan Carlos Urzúa (PL) y Tomás Hirsch (Acción Humanista), además de los secretarios generales del PS y PPD, Camilo Escalona y José Toro, junto a Bárbara Figueroa, rostro clave del comando.
El mensaje fue claro: asegurar la lista única, incluso si la DC decide mantener libertad de acción en la presidencial. Flavia Torrealba fue la encargada de transmitir la definición a Alberto Undurraga, quien este sábado deberá conducir la votación interna que amenaza con tensionar las costuras del partido.
LISTA ÚNICA O QUIERE INTERNO
La decisión del oficialismo no es casual. La DC enfrenta su propia tormenta: una declaración de expresidentes del partido marcó distancia con Jara, evidenciando la resistencia de un sector a respaldar a una candidata comunista. Esta división interna explica la jugada del bloque: liberar a la DC de la presión presidencial y enfocarse en la lista parlamentaria, replicando la fórmula que resultó exitosa en las elecciones municipales.
En La Moneda comparten esta tesis. El Presidente Gabriel Boric ha insistido en que la unidad en la lista parlamentaria es más estratégica que forzar un pronunciamiento temprano de la DC sobre Jara. El cálculo es sencillo: sin una nómina única, la dispersión podría costar caro frente a la derecha. Además, si Jara llega a la segunda vuelta contra José Antonio Kast, el respaldo demócratacristiano será prácticamente inevitable.
Así lo sugirió el propio Undurraga, quien adelantó que en un balotaje “podemos apoyar a Jara sin problema”. Este guiño confirma que, aunque la primera vuelta será áspera, el puente hacia una alianza de segunda vuelta sigue tendido.
LA TENSIÓN SOTERRADA Y LA SEÑAL A LA DC
La estrategia también busca contener el ruido interno provocado por declaraciones como las de Paulina Vodanovic, presidenta del PS, quien afirmó que no apoyar a Jara “es favorecer a Kast”. Estas presiones, rechazadas por la DC, solo endurecieron la postura de la falange en la previa a su junta nacional.
Con este nuevo acuerdo, el oficialismo envía una señal: la prioridad no es imponer, sino negociar. Pero no todo está resuelto. Si la DC finalmente entrega su respaldo a Jara este sábado, el comando ya tiene reservado un espacio para su incorporación formal en la estructura. Por ahora, la candidata ha optado por mantener bajo llave la nómina de los jefes de serie de su equipo, a la espera del desenlace que puede marcar el tono de la campaña en las próximas semanas.