Este viernes 15 de agosto, Donald Trump y Vladimir Putin se reunirán en Anchorage, Alaska, territorio estadounidense que en el pasado perteneció a Rusia.
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La aislada ciudad será escenario de un encuentro con repercusión mundial, en el que los presidentes de Estados Unidos y Rusia discutirán el futuro de la guerra en Ucrania, un conflicto que ya supera los tres años, sin la presencia de Kiev ni del mandatario Volodímir Zelenski.
¿QUÉ PODRÍA SURGIR DE LA REUNIÓN?
El 8 de agosto, Trump afirmó que habría «Cierto intercambio de territorios para beneficio de ambos» países.
Luego, el 14 de agosto, a horas del encuentro con Putin, volvió a referirse al tema señalando que abordarían «Concesiones sobre fronteras y territorios».
Estas declaraciones encendieron alertas en Kiev y en varias capitales europeas, ante el riesgo de que el líder estadounidense, quien se ha posicionado como mediador de una posible tregua, acepte las exigencias de Putin, planteadas incluso antes de ordenar la invasión a gran escala el 24 de febrero de 2022.
OTAN
El presidente ruso ha argumentado que la expansión de la OTAN hacia sus fronteras supone una amenaza a la seguridad nacional y ha insistido en que Ucrania forma parte de la «Geografía histórica» de Rusia, evocando la antigua Unión Soviética y sin reconocer la independencia del país.
El 20 de junio reiteró públicamente su postura al afirmar que «Rusos y ucranianos son un solo pueblo. En ese sentido, toda Ucrania es nuestra».
Sus intentos de ampliar territorio se remontan a 2014 con la guerra del Donbass y la anexión de Crimea, que Ucrania busca recuperar. Actualmente, las tropas rusas ocupan cerca del 19% de Ucrania, mientras Kiev no controla territorio ruso, aunque realizó una incursión inédita en la región de Kursk.
«UN PÉSIMO ACUERDO PARA UCRANIA»
«Es razonable pensar que Trump se dejará engañar por Putin y llegará a un acuerdo pésimo a costa de Ucrania», advirtió Daniel Fried, exdiplomático estadounidense y actual miembro del Atlantic Council, quien añadió que el panorama podría mejorar «Si se dieran cuenta de que Putin sigue jugando con ellos».
Entre las alternativas, expertos mencionan la posibilidad de una «línea de armisticio» en lugar de una cesión formal de territorio, reconociendo de facto, pero no legalmente, las actuales posiciones rusas.
Sin embargo, cualquier pacto debería incluir garantías de seguridad para Ucrania, sus aspiraciones de unirse a la OTAN, límites al tamaño de su Ejército y el futuro de las sanciones contra Moscú.
Aunque el 13 de agosto Trump aseguró que habría «Consecuencias severas» si Putin no acepta poner fin a la invasión, su estilo impredecible genera incertidumbre. Europa teme que pueda llegar a un acuerdo unilateral con Moscú, privilegiando negocios energéticos o pactos de control de armas.
PROPUESTA DE MOSCÚ
Según el Kyiv Post, si prospera el plan de intercambio, Rusia devolvería solo un 5% del territorio ocupado a cambio de que se le reconozca más del 60% de las regiones que reclama.
Hasta el 12 de agosto de 2025, Moscú controlaba unos 114.443 km² de Ucrania (19% del país), incluyendo Crimea. De ese total, 43.969 km² fueron ocupados antes de 2022 y 70.474 km² después, es decir, un 7,28% y un 11,67% del territorio nacional, respectivamente.
Rusia reclama zonas tomadas por su Ejército —con apoyo de mercenarios del grupo Wagner en parte del conflicto— y las que anexó en los referendos de septiembre de 2021: Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Sin embargo, no controla la totalidad de estas regiones.
El 13 de agosto, Zelenski aseguró que Putin exige la retirada ucraniana de áreas de Donetsk que aún mantiene, como condición para una eventual tregua, algo que Kiev rechaza. Actualmente, Rusia domina el 75% de Donetsk, el 99% de Lugansk, el 69% de Jersón y el 73% de Zaporiyia —donde se ubica la mayor central nuclear de Europa—, además del 4% de Járkiv y menos del 1% de Sumy.
UCRANIA Y SUS ALIADOS
Trump enfrentaría una fuerte oposición de Zelenski y de Europa si propone un acuerdo que implique cesiones territoriales. Zelenski recuerda que la Constitución prohíbe tal medida salvo que un referendo lo apruebe.
El expresidente podría intentar presionar a Kiev amenazando con frenar el envío de armas y la cooperación en inteligencia, tal como hizo en marzo, poco después de asumir nuevamente la Casa Blanca.
Aun así, Trump ha reiterado que defenderá los intereses económicos de EE.UU., lo que abre la posibilidad de que, incluso si no reanuda directamente la ayuda militar a Ucrania, permita que Europa compre armamento estadounidense para el país invadido.
Para algunos analistas, la opción más factible sería congelar las líneas de frente, aceptando una partición provisional sin reconocimiento legal, como vía para lograr una tregua.
La cumbre entre Trump y Putin se realizará este viernes en una base militar de Alaska, a partir de las 11:30 hora local (15:30 en Chile).