La formulación de cargos de la Contraloría General de la República (CGR) contra Antonio Infante, director del Servicio de Salud Metropolitano Norte (SSMN), no se limita a un episodio de irregularidad administrativa. Lo ocurrido con el Hospital San José refleja un problema mayor: la débil gobernanza en la relación entre servicios y hospitales autogestionados, donde la independencia administrativa choca con presiones políticas y personales.
La Contraloría acusó a Antonio Infante de vulnerar gravemente la probidad al intervenir en la desvinculación de Aldo Yáñez, entonces subdirector administrativo del San José y hoy director del hospital, con quien mantiene una cercanía profesional de dos décadas. La decisión de frenar su despido detonó un conflicto que derivó en renuncias, acusaciones de acoso laboral y la denuncia de un “golpe de estado administrativo”.
Lea también IPS lanza campaña “¡Te apoyamos con tu PGU!”
CHOQUE ENTRE AUTONOMÍA Y CONTROL
El caso revela la tensión de fondo: aunque el San José funciona como hospital autogestionado, Antonio Infante ejerció su facultad jerárquica, removió a la directiva que había ejecutado la desvinculación y nombró en su lugar a un funcionario de su confianza. Para distintos actores, esa decisión no solo contravino el deber de abstención por conflicto de interés, sino que además alteró el equilibrio institucional entre servicios y hospitales.
En su dictamen, la Contraloría enfatiza que la obligación de abstenerse en casos de conflicto aplica a todos los funcionarios, incluidos los altos directivos. Con ello, abre la puerta a que el episodio sea interpretado como un precedente sobre los límites del poder de los servicios de salud en la gestión de hospitales.
EFECTOS COLATERALES
El enfrentamiento dejó un saldo complejo: directivos desplazados, dos denuncias de acoso laboral contra Infante —cuyos denunciantes ya abandonaron sus cargos— y un clima de inestabilidad en un hospital que atiende a más de un millón de pacientes y concentra una de las mayores listas de espera del país.
Mientras Yáñez consolidó su posición como director del San José, Infante continúa a la cabeza del SSMN y enfrenta un proceso disciplinario reservado. La CGR ya recibió sus descargos, pero lo cierto es que la investigación ha puesto en evidencia un punto crítico: cómo decisiones personales pueden reconfigurar la institucionalidad sanitaria, en un sistema que debería estar blindado frente a intereses particulares.
Antonio Infante Barros «Tonito» en jaque: Contraloría desnuda el abuso y nepotismo en el SSMN que afecta directamente al Hospital San José https://t.co/LngA5lHOBG pic.twitter.com/41kipjy6IC
— Factos (@FactosCL) August 13, 2025