El director subrogante de Gendarmería, Rubén Pérez, defendió la labor de los funcionarios tras la fuga de tres reos en Valparaíso y responsabilizó al abandono estructural del Estado por las precariedades que enfrenta la institución.
En la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, Pérez confirmó la baja de cinco funcionarios vinculados al hecho ocurrido el pasado 15 de agosto. Sin embargo, recalcó que la situación no puede analizarse únicamente desde el plano disciplinario, ya que —según dijo— las cárceles del país funcionan con falencias históricas que ningún gobierno ha resuelto.
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“Yo no vengo a victimizar a nadie, pero sí a decir que hemos sido objeto del abandono estatal por mucho tiempo. Las condiciones en que trabajan los gendarmes son adversas y estructuralmente complejas. El caso de la cárcel de Valparaíso es un ejemplo: un recinto hostil, con dinámicas violentas, comparable solo a Colina II”, señaló Pérez, quien recordó que ejerció como alcaide en el penal porteño.
Incluso en presencia del ministro de Justicia, Jaime Gajardo, y del subsecretario Ernesto Muñoz, el director (s) acusó que las deficiencias en infraestructura, seguridad y recursos son de larga data y superan las responsabilidades individuales en Gendarmería.
Aunque reconoció que hubo fallas graves en la fuga y que las sanciones se aplicarán, insistió en que los gendarmes también tienen derecho a defensa. “Cumplimos un rol ingrato y muchas veces incomprendido. Se nos juzga por los errores, pero no se dimensiona lo difícil que es vigilar y mantener el orden en contextos tan hostiles”.
Con este emplazamiento, Pérez buscó instalar la discusión sobre el déficit estructural del sistema penitenciario, más allá de las responsabilidades inmediatas derivadas de la fuga en Valparaíso.
Déficit de gendarmes en cárcel porteña levanta alarma sobre el control de reoshttps://t.co/RShs44IhxK pic.twitter.com/sDxnla3iFL
— Juan Riquelme Díaz | Periodista (@jriquelmediaz) August 19, 2025